Carmen Venegas, su hijo Toni y su marido, Jaume Gelabert, en la Pastisseria Real. | Pere Bota

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Los ‘forns’ de Palma ya se están preparando para la que se avecina el próximo sábado con la Llonguetada organizada por Orgull Llonguet dentro de las fiestas de Sant Sebastià 2020. El panecillo se ha convertido en el emblema de este colectivo, que reivindica unas fiestas más populares al margen, dentro de lo posible, de los actos programados para estas fechas por el Ajuntament de Palma.

Desde hace unos años, el llonguet está de moda, y está ‘fiebre’ se verá reflejada por todos los locales que se han apuntado a este encuentro gastronómico.

La Llonguetada se celebrará por la tarde, aunque curiosamente este producto se vende durante todo el año mucho más por las mañanas porque es el almuerzo de muchos palmesanos. Esto se pudo comprobar ayer por la mañana en el Forn de la Glòria, cuando a media mañana la mayoría de los clientes pedían un llonguet, sobre todo de sobrasada, queso brie o pollo.

«Para la Llonguetada del año pasado hicimos unos 1.000 llonguets, y creo que este año lo superaremos porque al ser en sábado es posible que se apunte más gente», comenta Sebastián Camps, panadero y propietario de este legendario establecimiento. Mucho se especuló en su día sobre la posible venta de este codiciado local, pero Sebastián se muestra tajante: «Aún me quedan muchos llonguets por hacer».

reportatge llonguets.

Récord

Si se habla de cantidad, quien se lleva la palma, y con gran diferencia, es el Forn Ca’n Angela, de la calle Monterrey. Además de servir al público, compuesto en su mayoría por vecinos de la zona, cuenta entre sus clientes con el Bar Bosch, establecimiento que gracias a su propietario, Onofre Flexas, ha hecho que el llonguet sea conocido y degustado por clientes de medio mundo y se haya aupado a la categoría de ‘langosta’. «Yo trabajé durante muchos años en el Forn d’es Pont.

Después mi mujer y su madre, que se llama Ángela, abrieron esta panadería y luego entré en ella», explica Justiniano Temprano, quien relata cómo comenzó su relación con el emblemático bar de la Plaça Joan Carles I. «El (Bar) Bosch buscaba un horno para sus llonguets y una comercial de Pascual, que es vecina nuestra, le habló a Onofre (Flechas) de nosotros. Le envié una veintena de panecillos para que los probaran y al día siguiente (Onofre Flexas) se presentó en nuestra panadería y pronto llegamos a un acuerdo». Otro de los ilustres establecimientos de Palma que sirve sus llonguets cada día en la Bodega Bellver, de Las Ramblas. «Al año creo que preparamos más de 200.000 panecillos, explica Temprano. En la actualidad lleva el negocio junto a su mujer, Paquita Martorell, quien añade: «No descansamos nunca. Es más, nos tuvimos que casar un 31 de diciembre porque era el único día que nos venía bien».

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Negocio familiar

Si la mayor parte de la producción de este forn se vende a bares, en la Pastisseria Real, en Reyes Católicos, ocurre todo lo contrario, ya que todo lo despachan en el mostrador. Al frente del negocio se encuentra Carmen Venegas, junto a su marido, Jaume Gelabert y el hijo de ambos, Toni. «Es un pan más laborioso, pero merece la pena el esfuerzo porque se vende muy bien», explica Jaume Gelabert. En el local se encuentra Pep Magraner, gerente de la Associació de Forners i Pastissers de Balears, quien explica los secretos de un llonguet de calidad. «Lo más característico de este panecillo es su corte longitudinal en la parte superior, pero un buen llonguet debe tener también en la base una figura un tanto ovalada. Además, la miga debe formar unos hilos».

Los llonguets se elaboran con una harina especial, pero en esta pastelería, los jueves elaboran llonguets integrales con harina de algarroba.

reportatge llonguets.

Forn d’es Pont cuenta con tres establecimientos en Camí de la Vileta, y en las calles Industria y Simó Ballester. En este último, Marta López explica: «Llevo 20 años en al empresa y siempre hemos vendido llonguets, pero es cierto que desde hace unos cuantos se ha notado un repunte desde que se hacen las llonguetadas. En este establecimiento sirven también llonguets preparados. «Los que más se venden son los de sobrasada y los de jamón y queso». López añade que este producto tiene mucha más salida entre semana. «A mí me gusta mucho este pan y me encanta comerlo con sobrasada. Me recuerda a mi infancia».

reportatge llonguets.

Con acento uruguayo

Uno de los ‘forns’ que más trabajarán el próximo sábado será el de Sant Elies, que surtirá con cientos de llonguets al cercano Bar España-Can Vinagre de la calle Olmos, uno de los epicentros de la fiesta. Desde hace diez años al frente del local se encuentra Richard Piccone, un uruguayo afincado en Mallorca desde 2001. «Durante muchos años trabajé con Miquel Pujol, pero él no elaboraba pan. A hacer llonguets me enseñó Damià Ramis, que era el anterior dueño del local».

Piccone explica que en su país de origen existe un pan parecido. «Eso sí, era bastante más grande y allí lo llamaban ‘marsellés’. También viví en Argentina, pero allí no lo vi». Piccone espera elaborar más de 1.000 panecillos este sábado. «Llevo diez años haciéndolos y no paso hambre precisamente», explica tocándose la tripa, «así que creo que los hago bastante bien», concluye con una sonrisa.