La ilusión ha recorrido este domingo las calles de Palma gracias a la Cabalgata de los Reyes Magos. | Pere Bota

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Melchor, Gaspar y Baltasar, llegados desde el lejano Oriente, desembarcaron puntuales en el Moll Vell de Palma, desde donde se inició la tradicional Cabalgata por el centro de Palma. Según algunas previsiones, unas 100.000 personas siguieron in situ el colorido desfile. Tras abandonar el histórico velero Rafael Verdera, el buque en activo más antiguo de la flota española, los Monarcas realizaron un breve trayecto a pie, donde saludaron a centenares de niños que se desgallitaban gritando sus nombres.

Desde la Avinguda Antoni Maura partió la comitiva, formada por 41 grupos, de los que 13 eran carrozas. La primera de ellas fue l’Estel, con un toque renovado respecto a las dos anteriores ediciones, ya que el director artístico del desfile, Daniel Puig, optó por darle un tono más azulado en vez del blanco.

Las grandes novedades de la Cabalgata de los Reyes Magos fueron las tres carrozas alusivas de tres de las cuatro estaciones del año: invierno, otoño y verano. Esta última contó con nenúfares, un estanque con flores acuáticas sobre unos podios, girasoles de más de dos metros de altura y un grupo de música en directo centrado en el mito de las tres Moiras (la muñeca, la madre y la abuela). La de verano, patrocinada por el Club del Suscriptor de Ultima Hora, lució con girasoles enormes, luciérnagas y colores, y ambientación de la tierra y del verano. Por último, la del invierno incluyó un unicornio.

Otro de los cambios respecto a las ediciones anteriores consistió en el vestuario de los Reyes Magos. Predominó el blanco y gris en Melchor, el naranja, rojo y granate en Gaspar, y las plumas y los colores vivos en Baltasar. Otra de las novedades fue la ‘reaparición de la carroza de Autoritat Portuària’, que durante los últimos años se había utilizado en la cabalgata de Eivissa. La construcción tenía forma de barco de vela y fue decorada con elementos reciclados en colaboración con Reconatura Project.

Melchor, Gaspar y Baltasar realizaron un recorrido con gente hasta la bandera; primero, con un atardecer idílico y, posteriormente, con una tarde-noche muy agradable que ayudó también a que la presencia de ciudadanos en las calles del centro de Palma fuera multitudinaria. Aunque el día fue magnífico, en cuanto se escondió el sol se notó una bajada de la temperatura. Mientras los Reyes Magos saludaban a pie, la comitiva se empezó a poner en marcha.

Música y luz

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Dos de las prioridades en esta Cabalgata fueron que hubiera más música en directo y que las carrozas tuvieran una iluminación más potente y menos visible, en el sentido de que no se vieran tantos cables y focos, sino que las luces estuvieran en el interior de las figuras. La Policia Montada y los Tamborers de la Sala iniciaban la comitiva, seguidos por la Banda Municipal de Música y de los Gegants, Capgrossos y Xeremiers del Ajuntament de Palma.

La carroza de l’Estel estuvo acompañada por la comparsa de constelaciones, formada por patinadores de la escuela Angela Bruno, que también participó en otras partes de la comitiva.

Espectacular también fue la participación de la comparsa del Bosque Encantado, el Circo Stromboli y el grupo de animación Nando Pol. El carretó de carteros reales de Max Teatre Musical recogió las últimas cartas.

La naturaleza y la fantasía fueron los elementos más presentes durante el recorrido. La primera alusiva a esta temática fue la del Jardí Màgic, seguida por la del Bosc Encantat, ambas recuperadas de ediciones anteriores. Durante el recorrido se pudo escuchar mucha música de artistas como Katy Perry, Adele, Karina, Katrina and the Waves, Queen o Boney M.

Como es lógico, los momentos de mayor alegría y griterío se produjeron cuando los niños vislumbraron las carrozas de los Reyes Magos, acompañadas por sus respectivas comitivas y música ‘real’ de ambientación. Cada uno de los grupos de animación, ya fueran carrozas o comparsas, repartieron más de 7.500 kilos de caramelos. Últimamente parece que no puede haber un desfile del tipo que sea sin batucada, y la Cabalgata de Palma no fue una excepción. Los miembros de Kinfumfà anunciaron a golpe de tambor la llegada del último elemento del desfile, la ‘temida’ locomotora de carbón.

El Passeig des Born fue la parte del recorrido que aglutinó a más ciudadanos, mientras que en Jaume III se pudo ver a los participantes sin tantos aprietos. Tras completar el recorrido estipulado en algo más de dos horas, los Reyes Magos accedieron hasta el balcón del Casal Solleric, desde donde saludaron a la ciudadanía.

A continuación, los pequeños regresaron a sus casas aún con la emoción reflejada en sus rostros y con sus pensamientos puestos en esta mañana, cuando Sus Majestades hayan visitado sus casas y dejados los regalos.