Imagen de las zapatillas colgadas en una de las calles de Palma.

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En el cableado telefónico de algunas calles de Ciutat cuelgan zapatillas deportivas, unidas por un nudo en sus cordones. Se debe a una tendencia que no pasa desapercibida entre los viandantes y que se da en muchas ciudades y pueblos del mundo.

Desde hace años este hecho se relaciona con una leyenda urbana que avisa de venta de droga en los pisos cercanos, algo muy lejano a la realidad actual. Aunque la presencia de las zapatillas colgadas mantiene una gran incógnita en la esquina de la calle Set Cantons con la calle Argentería, frente a La Insular todo apunta a que se debe a un derroche de arte urbano. Algunos de los pares reflejan un trabajo de grafiti en tonos dorados y plateados, aunque otras, muestran sus desgastadas suelas y diseño original.

Travesuras

Vecinos, transeúntes y turistas pasan por debajo, unos sin percatarse del hecho y otros deteniéndose un instante para observar o captar la imagen con su teléfono móvil. Precisamente, este fenómeno (también vinculado a travesuras de los más jóvenes) se denomina shoefit, algo que la mayoría desconoce. Se trata de un movimiento que procede de los Estados Unidos, donde se ha convertido en algunos lugares en todo un arte urbano.
Algunas teorías señalan que esta afición nació en los barrios marginales de los EEUU, en señal de ajuste de cuentas o para señalizar los puntos de la ciudad donde se suministran sustancias estupefacientes. En 2003, el Ayuntamiento de Los Ángeles advertía que las zapatillas colgadas anunciaban sitios de venta droga e inició una campaña para retirar cualquier rastro de zapatillas en las calles de la ciudad.

Diferentes interpretaciones

En Palma, hasta que se demuestre lo contrario, se debe a una modalidad de arte urbano y ciertas travesuras entre amigos o compañeros de curso, ya que los principales protagonistas son estudiantes, tanto en época universitaria como de Bachiller. En algunas ciudades españolas, en la década de los 90 las zapatillas colgadas tenían un significado más festivo y eran los soldados del servicio militar obligatorio quienes colgaban sus botas o zapatillas de deporte como muestra de que habían terminado la mili.

El adiós militar solía ir acompañado de esta costumbre, que se fue perdiendo de forma progresiva cuando el servicio militar dejó de ser obligatorio y se profesionalizó el Ejército. En Internet existen foros donde la gente publica sus propias opiniones, dejando volar la imaginación y suposiciones.

Las redes sociales se han convertido en la principal herramienta de información. Los internautas cuelgan fotografías captadas en todo el mundo sobre el shoefit e, incluso, hay perfiles en Facebook. Así pues, si ven zapatillas colgadas de los cables de luz o telefonía saquen sus conclusiones. Y sepan que hasta eso tiene nombre y que existe desde hace muchos años.