Decorar el abeto es una tradición que se suele realizar en familia, normalmente, el día de la Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre. Los más pequeños de la casa son quienes más disfrutan de esta actividad, que comienza rescatando del trastero esas cajas llenas de polvo con toda la decoración navideña.
Para decorar el árbol no hay reglas marcadas, cada uno tiene su propio estilo a la hora de adornar su casa estos días, es muy personal e influye mucho si hay o no niños en casa, puesto que para ellos es toda una fiesta eso de ‘montar el árbol’, probablemente por el simbolismo de los regalos que se le ha atribuido al árbol de Navidad.
Siempre se tienen adornos para decorar el abeto, pero por norma general suele ser un batiburillo de bolas, angelitos y guirnaldas de años anteriores cada uno de formas, texturas y colores diferentes. Y lo cierto es que hay multitud de formas de adornarlo, desde la más tradicional y clásica hasta la más moderna y sofisticada. Lo importante es pensar qué estilo se quiere y ponerse manos a la obra. A continuación, algunos ejemplos para que sirvan de inspiración:
Plata y oro. Decorar el árbol con elementos en plata y dorado es la forma perfecta para que te quede un abeto elegante y muy chic. Además de ser dos de los colores más representativos de las Navidades, esta clásica combinación no pasa de moda.
Utilizando el color oro y el plateado conseguirás un árbol muy distinguido y si envuelves los regalos con papel de estos dos colores, el resultado será genial además de obtener un salón de revista.
Mucho color. Utilizar muchos colores para decorar el árbol es otra de las alternativas que le dan un toque alegre, divertido, dándole una estética festiva y que a los más pequeños de la casa les encanta. También puedes jugar combinando diferentes texturas, empleando terciopelo o purpurina, por ejemplo.
Utiliza bolas y luces de muchas tonalidades diferentes y si se te dan bien las manualidades aprovecha esa cualidad para darle un estilo más propio y creativo.
Nevado. Los árboles nevados tienen un encanto especial, y más, si vives en una ciudad donde la nieve es un elemento prácticamente inexistente. Este tipo de árbol te transporta a un cuento de Navidad.
Para darle el ‘efecto nieve’ basta que compres esas birutas blancas que le dan un efecto bastante realista, luego puedes combinar la decoración con dos colores como el blanco y el plateado o darle un toque más vistoso con el rojo y el azul.
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