Mallorca vive este 31 de octubre una noche de miedo. La fiesta de Halloween de Son Oliva es una de las más populares de Palma; además, la barriada del Puig de Sant Pere ha acogido la XX edición de la Nit de la Ratapinyada. | M.A.C/J.A.

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Los barrios de Palma y los pueblos de Mallorca se convirtieron este jueves en los escenarios de una película de terror para celebrar Halloween. Miles de niños y jóvenes salieron a la calle disfrazados de vampiros, payasos maléficos, brujas, zombis y diversos monstruos con el objetivo de dar algún susto y conseguir un buen saco de caramelos. Asimismo, las asociaciones de vecinos y los casales de diferentes barrios organizaron distintas actividades con tal de que todos pudiesen pasar un buen rato en esta noche tan especial.

En Son Sardina, el Casal y la escoleta del equipo de fútbol de la barriada organizaron una divertida jornada en la que combinaron hábilmente la temática de la fiesta con el deporte, un éxito asegurado. A las 5 de la tarde decenas de niños se reunieron en el casal de barri, donde disfrutaron de un terrorífico cuentacuentos y de un taller de pintura y maquillaje en el que pudieron completar sus disfraces. Más tarde, se dirigieron todos al campo de fútbol, donde había muchas sorpresas preparadas. En el campo pequeño se organizaron distintos juegos. Multitud de globos blancos, emulando fantasmas, sobrevolaban el terreno de juego y los niños debían capturarlos con tal de conseguir el codiciado premio: un buen puñado de caramelos. Asimismo jugaron un rato al pilla-pilla, por lo que los dulces sentaron mejor que nunca tras el cansancio. «Hoy es un día especial, el entreno lo podemos dejar para otro día. Todos los niños y niñas del barrio están invitados, no debemos olvidarnos que esto es fútbol base y es muy importante que los pequeños se diviertan», afirmó Jose Carlos González, uno de los organizadores.

Por otro lado, la barriada del Puig de Sant Pere acogió la XX edición de la Nit de la Ratapinyada, impulsada por la regiduría de Justícia Social, Feminisme i LGTBI, y organizada por Dinamo y un centenar de jóvenes colaboradores de distintas entidades juveniles. Entre las 7 de la tarde y las 10 de la noche, en la calle Pòlvora y en el Espai Jove Ciutat Antiga, los jóvenes disfrutaron de un amplio programa en el que encontraron actividades para todos los gustos; un túnel del terror, un survival zombi, en el que debían escapar de los no muertos, actuaciones de baile, conciertos de grupos juveniles, además de talleres de disfraces y de maquillaje, tanto de neón, muy de moda en estos días, así como de heridas.

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En la barriada de Son Oliva, el club d’esplai que coordina Sergio Fernández organizó su décimo Túnel del Terror. En esta ocasión la inspiración de los más de 40 voluntarios se basó en El libro de las pesadillas. Papás, mamás, monitores y vecinos de la barriada palmesana han trabajado en las últimas semanas en crear un auténtico escenario del terror. Durante todo el día de estuvieron montando el túnel con paredes de pladur, en plena calle. Horas después abrieron sus puertas, previo donativo de 2,50 euros, ofreciendo un ambiente muy realista con el tema de la noche, tras el trabajo realizado. El recorrido comenzaba por un laberinto en pleno bosque, que tras atravesarlo se llegaba hasta una biblioteca con zombis. No faltaba una espeluznante sala de muñecas, un orfanato y un psiquiátrico donde 42 personajes deambulan ocasionando terror entre los visitantes.
Niños y adultos, muchos de ellos disfrazados con máscaras, maquillados y luciendo trajes rasgados, no quisieron perderse el terrorífico espectáculo de Son Oliva, que duró hasta pasada la medianoche, al nivel de cualquier empresa profesional de espectáculo que se precie.

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Antes de abrirse la boca del Tunel del Terror, montruos y almas desfilaron en un particular pasacalles por la barriada. Durante la noche se celebró una actuación de la batucada Sambad’aki y talleres de manualidades y de elaboración de batidos, en los que colaboró el Ajuntament de Palma.

Otra de las zonas de Palma que cada año cuenta con gran participación de sus vecinos es Son Ferriol. Hasta la barriada palmesana se desplazaron curiosos y amigos, junto a niños, para contemplar la decoración de Halloween en fachadas y cocheras de las casas. Incluso algunas de ellas mostraban un pequeño cementerio, con tumbas y sepulturas en su entrada. Los más pequeños tocaron los timbres o llamaron a las puertas gritando ¿truco o trato?, a lo que fueron respondidos con sonrisas y puñados de caramelos.

Los ruidos inquietantes, los estridentes sonidos y muñecos en movimiento destacaron como elementos este año en las decoraciones caseras. No faltaron, en ninguno de los escenarios, niños llorando o escondiéndose tras los padres, refugiándose de un ambiente terrorífico que anoche conquistó rincones de toda la Isla.

En Inca también salieron los niños a la calle en busca de los ansiados caramelos, tocando a las puertas de sus vecinos.

En Manacor, además, la escuela de baile Estudi 9Ritme también quiso festejar la Nit de les Ànimes con una concurrida celebración. Más de un centenar de alumnos de dicho centro, de todas las edades, mostraron sus danzas en la plaza Ramon Llull de la ciudad. Las coreografías y las indumentarias de los bailarines fueron elogiadas por el público, que pudo disfrutar de los bailes y la pasión de su profesor, Miki Galmés.

En el Port d’Andratx, varias familias celebraron Halloween en Villa Joguines, disfrutando de una merienda en el Pasaje al Terror en la que 40 niños se lo pasaron en grande.