Tana Marimón quiere ayudar a otras mujeres maltratadas y promueve la creación de una nueva asociación. | Click

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Hace unas semanas, Tana Marimón se asomó en esta página para hablarnos de los tiempos en los que fue Miss Palma. Hoy lo hace por otro motivo, que nada tiene que ver con aquel.
Y es que Tana ha sido mujer psíquicamente maltratada, lo cual deja huella, a veces profunda, tanto que es muy difícil, si no olvidar, sobreponerse. «Porque cuando sufres maltrato te quedas encerrada en ti y salir de esa situación no es fácil. Por eso, se me ha ocurrido una idea que me gustaría llevar a la práctica, sobre todo porque me consta que hay muchas mujeres en estas condiciones, con la particularidad, además, de que como ellos no permiten que trabajes, muchas se encuentran sin trabajo, lo que se traduce en serios problemas económicos».

Síndrome de la mujer maltratada

«Padecemos el síndrome de la mujer maltratada, algo que no controlas, y que hace que lo ocultes, ya bien porque la otra persona te da miedo, o porque te da vergüenza confesarlo. Este síndrome pasa por diversas fases y finaliza cuando la persona maltratada decide poner fin a ese sometimiento, o bien rebelándose, o bien denunciándolo a la policía. Él jamás me puso la mano encima, pero prácticamente me anuló con lo que me decía, hasta que un día le denuncié, pese a lo cual, él insistía».

Y en cuanto a la forma de ser del maltratador, Tana, por lo que le han contado y ha leído, «se comporta así debido a la celotipia, o enfermedad de los celos, que a medida que pasa el tiempo de convivencia se va agudizando».

Pese a que Tana, tras denunciar su caso por los cauces reglamentarios, «tuve un policía que a diario, o bien pasaba a verme, o bien me llamaba para ver cómo estaba, o si la otra persona me seguía acosando, considero que esa, dentro de lo que cabe, podría ser una solución para que la mujer maltratada recuperara el tiempo robado por su maltratador. Una medida que a veces va bien, a veces no también. En lo que a mí respecta, un día, ese policía habló conmigo diciéndome que había charlado con mi pareja y que ésta le había propuesto volver conmigo, con la promesa -me dijo- de respetarme. Naturalmente, no acepté. El maltratador, tarde o temprano, vuelve a maltratar».

La unión hará la fuerza

Entonces nos expone su idea. «Si a un alcohólico, o a un drogadicto, quien mejor le entiende es otro alcohólico y otro drogadicto, y más si este ha conseguido recuperarse -aquí nos pone los ejemplos de Alcohólicos Anónimos y La Ovejas de Mica-, pienso que las personas maltratadas física y psicológicamente podríamos reunirnos, hablar del problema, ayudarnos y aconsejarnos unas a otras... Todo desde nuestra experiencia. Porque hay mujeres maltratadas que siguen encerradas en sí mismas porque no tienen a quien contarles su caso. Eso no sucedería si existiera un grupo. Que duda cabe que al principio seríamos unas pocas, pero estoy convencida de que a nada que se corriera la voz, seríamos más. Un grupo sólido, de ayuda, sin que suponga ningún gasto para las que lo formemos. Las primeras veces podríamos reunirnos en un bar, en la casa de una... Y con el tiempo pediríamos al Ajuntament que nos cediera un local de algunos de sus casals de barri durante un par de horas a la semana, o al mes, lo cual dependería de las veces que decidiéramos reunirnos, y tras el encuentro nos tomaríamos un café o un refresco».

La idea es muy buena. A una persona maltratada quien mejor la entiende es otra. Tana conoce algunas que están dispuestas a formar el grupo. Por ello, si eres mujer maltratada, llámala al 699834290. Porque cuantas más seáis, más fuerza tendréis.