Youssef Abdallaouin, que junto a su hermano Omar regenta una barber shop en la calle Antoni Marqués desde hace poco más de un año. | Jaime Moreda / J.A.

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Uno de los gremios donde más competencia existe es en el de los peluqueros. Antes sólo había las peluquerías/barberías de toda la vida y las peluquerías de más nivel. Hace unos 15 años se produjo la proliferación de peluquerías regentadas por ciudadanos chinos, a las que siguieron algunas franquicias low cost y desde hace algún tiempo lo que se está imponiendo son las barber shops, mientras que ya no se ven tantas peluquerías chinas como hace un par de lustros.

«Nuestro público suele ser gente joven de todos los países a los que les gusta los peinados que llevan los futbolistas, con rayas muy marcadas y diferentes niveles en el peinado», explica Youssef Abdallaouin, que junto a su hermano Omar regenta una barber shop en la calle Antoni Marqués desde hace poco más de un año.

Youssef lleva 14 años en Mallorca, aunque aprendió el oficio en su Marruecos natal. «Trabajé muchos años en el Arenal, luego en la plaza de las Columnas y también me fui una temporada a Alemania, pero era demasiado complicado conseguir un piso y volví a Mallorca». Los precios se sitúan en torno a los 7 euros el corte. «De esta forma hay mucha gente que viene cada semana o cada diez días porque quiere tener el pelo siempre igual».

Los 14 años que lleva Youssef en el oficio no son nada comparados con los 45 de Gabriel Florit, 39 de ellos en su local de la calle Blanquerna, a escasos 70 metros de la de su ‘colega’ Youssef. «Los clientes vienen por mi trabajo, no por mi precio», explica este profesional cuya tarifa básica es de 15 euros. «Una vez fui a una de estas ‘barberías’ y me hicieron un desastre. Todo lo hacen con maquinilla, casi no usan las tijeras y no digamos la navaja, además de que las medidas higiénicas dejaban mucho que desear». Florit señala cómo ha evolucionado su sector. «Hace unos años abrieron un montón de peluquerías chinas. En mi zona había unas 15. Le llegué a decir a mi mujer que si seguía así tendría que cerrar. Pero poco a poco fueron cerrando y ahora están cogiendo bares».

En general, los comerciantes chinos suelen ser muy reservados y los de este gremio no son una excepción. Tras visitar varias peluquerías, sólo Shen Tui Chang accede a hablar, pero sin fotos. «Llevo 10 años aquí (en la Avda. Gaspar Bennàssar) y antes trabajé en Pere Garau. Las nuevas barberías hacen competencia, pero están en su derecho», explica este joven a quienes sus clientes le conocen como Luis ‘el chino’.

Alberto Segura, hijo de Francisco, ‘el peluquero de la reina Sofía’, está al frente, junto a su hermano, Javier, de los cuatro salones de belleza de Francisco Peluqueros. Apuesta por un servicio personalizado y productos de gran calidad. Su clientela, en el que predominan las mujeres, es de un perfil medio alto.

Respeto al intrusismo en el sector, Alberto, opina que «las peluquerías de chinos y low cost han tirado los precios, pero todos podemos convivir. Nuestro clientes buscan la formación, calidad de los productos y la confianza en un buen servicio». El precio, corte y peinado, se sitúa entre los 37/40 euros.