Palma discreto uh entrevista mago fotos: pellicer

TW
0

Lo más habitual es que a un mago profesional le entre el ‘gusanillo’ desde bien pequeño y se adentre en este mundo haciendo trucos a sus familiares. Pero éste no fue el caso de Joan Cassanyes, (Palma, 1996) a quien no es que la magia no le gustara de pequeño, es que la aborrecía. «Sentía una aversión hacia los magos. De pequeño tenía un club de magia, pero entendido como fantasía, no de trucos. Un amigo me dijo que le gustaría que hiciéramos números de ilusionistas y me negué porque para mí eran unos tramposos».
Con el paso del tiempo, Joan no ha cambiado mucho de opinión acerca de esta profesión. «Sigue sin gustarme, pero cuando veo un espectáculo de este tipo cambio el chip y voy a pasar un buen rato y no pienso que lo mío es mejor».

Este joven estudió en Mata de Jonc hasta la ESO y luego el bachillerato en Artes Escénicas en el Josep Maria Llompart. «Un día descubrí un libro antiguo de magia en casa e hice un juego con mi madre y luego con un amigo. A partir de ahí empecé a investigar más y más».

Noticias relacionadas

Joan se fue a Madrid a estudiar magia. «Son tres años y las clases se dan durante el fin de semana. He acabado hace poco y también estoy estudiando en la escuela de teatro del ESADIB».

En el Real Centro Universitario Escorial María Cristina aprendió mucha teoría y no poca práctica, pero él ha enfocado este aprendizaje a otro mundo. «Lo que más trabajo ahora es la magia perversa, en la que ésta se revela contra el mago. Los trucos no dejan de ser un recurso escénico, porque lo fundamental es contar algo». Joan es consciente de que no es fácil de explicar este tipo de espectáculo. «Me he llegado a ir un fin de semana a una cueva a reflexionar sobre ello». A pesar de su juventud, nunca le ha dado miedo el escenario. «Al contrario. El público lo es todo».

Para quien quiera ver esta magia tan particular, Joan Cassanyes ofrecerá su espectáculo en diciembre en el Teatre Sans.