Louka Leppard, en el espacio habilitado en la terraza de Can Bordoy, en Palma, donde tienen lugar sus sesiones de Tulayoga. | M. À. Cañellas

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Louka Leppard se ganaba la vida como masajista en Londres cuando a principio de los años 90 una amiga le introdujo en el mundo del acroyoga, acrónimo de acrobacia y yoga. A partir de ahí comenzó a profundizar en esta disciplina y desde 2000 se dedica de forma profesional a impartir su sistema al que denominó Meditation in Touch & Tulayoga. Desde octubre y hasta diciembre Leppard ofrece 90 minutos de masaje que según asegura «consigue eliminar las barreras físicas y emocionales» y yoga aéreo donde durante 30 minutos «la persona se sumerge en un estado de paz y relajación absoluta». Las sesiones son individuales, tienen un precio de 360 euros y el lugar donde se realizan las sesiones es igualmente exclusivo: el hotel Can Bordoy, en Palma. Leppard asegura que este «tratamiento» tiene un efecto mínimo de tres días.

Leppard trabaja sobre todo en Ginebra y cuatro veces al año en un hotel de lujo en Londres situado en Regent Street, donde realiza sesiones parecidas a las de Can Bordoy. Sin embargo, hace tres años compró una casa entre Felanitx y Manacor y su intención es pasar cada vez más tiempo en la Isla. «Mallorca es un lugar muy especial para mí porque mis padres se conocieron aquí».

Leppard explica que cuenta con clientes muy variados. «Los hay que son muy ricos, otros que no, unos se cuidan mucho, otros nada. El único límite que pongo es que la persona no pese más de 80 kilos, porque mis piernas sufrirían demasiado y no podría realizar bien los ejercicios de la segunda parte del tratamiento».

Resulta curioso que este masajista prefiera desbloquear todos los puntos posible de tensión de su ‘paciente’ en un futón y no estando éste en una camilla. «La razón es que busco estar en línea con la persona y usar el peso de mi cuerpo en el masaje».

Para la segunda parte del tratamiento, Leppard cuenta con un total de 22 movimientos. «Los primeros cinco son siempre los mismos y el resto va cambiando según note en qué parte del cuerpo de la persona sienta que deba incidir».

En esta segunda fase de la terapia, el cliente se deja literalmente caer sobre las piernas y sus brazos de Louka Leppard, hasta alcanzar una forma de arco, que favorece el estiramiento de la espina dorsal, la recolocación de la pelvis, y la eliminación de las tensiones que puede haber en el abdomen, el pecho, el cuello, los hombros y la cara.

Sensaciones

Gracias a ello el cuerpo recupera su espacio, nota una mayor fluidez y una enorme sensación de libertad. «El sentirse flotar en el aire durante 30 minutos con los ojos cerrados permite reencontrarse con uno mismo, notar profundamente las sensaciones y las emociones, y actuar como si fuéramos el auténtico centro del universo», explica Leppard, quien asegura que «para muchos de mis clientes se ha convertido en una experiencia única e inolvidable que ya forma parte de sus vidas».

Leppard suele ser a veces el ‘paciente’ cuando ve que necesita una relajación en su vida. En ese caso, tiene una serie de aventajados alumnos que son quienes le hacen el masaje y los ejercicios. En Palma, impartirá sesiones el 2, 4 y 27 de octubre; 3, 19 y 28 de noviembre, y 19 y 23 de diciembre. Sus clases, que se llevarán a cabo en la pérgola para masajes del jardín o en el spa, están disponibles tanto para clientes alojados en el hotel (en este caso también se podrán hacer en sus propias habitaciones) como para no clientes del hotel.

Famosas que siguen su método

Sienna Miller es amiga de Louka Leppard y una de sus más fieles seguidoras. «Ha realizado muchas sesiones conmigo, pero desde que vive en Nueva York sólo nos vemos si coincidimos en Londres». Otra de las seguidoras de su método es la también actriz Helena Bonham Carter. «Un día recibí una llamada de teléfono. Era ella, que había visto un reportaje sobre mí en el Daily Mail y me preguntó si podríamos tener una sesión. Es una persona adorable y muy sencilla», explica Leppard.