Martina Jáudenes veranea en Mallorca desde que nació. | Redacción Digital - Redacción Discreto

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El nombre de Martina Jáudenes comenzó a sonar en los medios de comunicación a raíz de su boda en Palma en septiembre de 2017 con el empresario Luis Abascal, boda a la que acudió su padrino, el rey Felipe VI.

Fue un acontecimiento social publicado con gran detalle por Ultima Hora y que tuvo una enorme repercusión nacional. Sin embargo, ha sido su foto del último verano saludando al Rey, luciendo un bonito traje de baño blanco desde la cubierta de un yate durante la pasada Copa del Rey de Vela, la que ha dado la vuelta al mundo. Martina, hija de Eugenio Jáudenes, gran amigo del Rey, y de la elegantísima Chusa Gómez de Diego, habla con este diario en rigurosa exclusiva para que conozcamos quién es esta joven empresaria y emprendedora, extremadamente discreta.

Si acabáramos de conocernos ¿cómo se presentaría?
— Hola, soy Martina, encantada de conocerte.

Mucho antes de hacerse conocida en los medios de comunicación a raíz de su boda ya triunfaba en redes. ¿Cómo conectó tan bien con la gente?
— Siendo yo misma. La verdad es que nunca le he dedicado mucho tiempo a las redes. Si te soy sincera, soy bastante celosa de mi intimidad. Las cosas que he compartido siempre han sido cosas reales que compartiría con mi grupo de amigos y yo creo que eso es lo que le gusta a la gente, naturalidad. Mi vida es tal cual parece en Instagram.

Martina Jáudenes

Hábleme de la marca cosmética orgánica que ha creado con su madre, Mumdose.
— Mumdose es una marca de cosmética natural que se compone de fórmulas altamente eficaces combinando los mejores ingredientes botánicos con los más efectivos principios activos para, de esta manera, conseguir una belleza natural no solo ofreciéndonos como resultado una piel sana, sino también siendo responsables con el planeta en el que vivimos.

¿Por qué ese nombre?, ¿tiene algún significado?
— Lo tiene, porque todas las fórmulas que componen la línea son diseñadas por mi madre (MUM: Madre DOSE: Dosis). En mi familia tenemos todos la piel sensible; por este motivo, mi madre se puso a investigar las propiedades de muchas plantas y aceites y lo que podían aportarnos a nuestra piel y organismo. ¡Era complicado encontrar un producto para pieles sensibles que te hidratara, embelleciera, mejorara su aspecto y que, a la vez, te curara; pero mi madre lo consiguió!

¿Cómo se crea un producto orgánico y sostenible en un mundo donde lo sintético está presente en todas partes?
— Controlando el proceso de producción desde el inicio, eso es fundamental. Primero, buscando materias primas, por cercanía en la medida que se pueda, para así, disminuir la huella medioambiental, además de beneficiar a los pequeños agricultores a nivel nacional. Utilizando energía renovable para el proceso de producción y, por supuesto, no utilizando químicos perjudiciales. También buscamos un packaging que o bien proceda de materiales reciclados o sea de vidrio y se pueda reutilizar.

¿La competencia es un plus para usted?
— Sí, considero que la competencia es un plus, ya que es lo que te empuja a crecer. Analizar lo que está haciendo el resto es lo que te incita a continuar innovando y evitar caer en los mismos errores que otros han cometido. Sin comparación, no hay mejora.

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¿Dónde se distribuye el producto? ¿Qué lo diferencia de otros?
— Nuestros productos se pueden encontrar en nuestra web o en tiendas que ya son referencia en el mundo de la belleza y cosmética.

Orgánico en muchas ocasiones lo asociamos a mercadillo, a alternativo, incluso a hippy. ¿Puede tratarse de una moda pasajera o es una forma de ser, vivir, trabajar, crear que llega para quedarse?
— Lo orgánico y lo natural han existido siempre, no es una moda y claro que va a quedarse, igual que está sucediendo con la comida. Hoy en día la cosmética natural la tenemos al alcance de la mano. Hasta ahora, la cosmética natural se utilizaba en un ámbito más casero, se veía en mercadillos. Le faltaba eficacia porque no había medios en la industria; hasta que han surgido tantas reacciones adversas a agentes químicos, nadie se había preocupado de producir cosmética orgánica. Actualmente, es tan o más eficaz que la química, pero más sana.

¿Cómo es eso de trabajar con una madre, se mantienen los roles familiares también en la empresa?
— Hacemos un buen equipo, la verdad, nos complementamos bien porque cada una aporta su granito de arena a Mumdose.

Su boda fue un gran acontecimiento social que le puso en el ojo público. ¿Se sorprendió con la repercusión?
— La verdad que sí, supongo que por las personalidades que acudieron a mi boda no me debería sorprender, pero no estoy acostumbrada.

Hasta entonces nadie sabía fuera de su círculo que su padrino era el rey Felipe y este hecho causó sensación. Imagino que para usted es algo normal, pero entiendo que ese interés va ligado de alguna manera al cariño que la gente tiene por don Felipe. ¿Qué recuerdos guarda de ese día tan bonito en Palma?
— Muchos, la verdad. El día de tu boda es siempre especial, es un día que marca un antes y un después en tu vida. Me encantó poder compartirlo con toda la gente que más quiero.

PALMA. MONARQUIA. VACACIONES DE VERANO DE LA FAMILIA REAL EN MALLORCA.

Por cierto, este verano ha sido protagonista involuntaria de la foto del verano. Una foto preciosa, por cierto. ¿Cómo ha vivido este interés renovado por su persona?
— Con sorpresa, ya que no estoy acostumbrada.

¿Cómo se ve en el futuro?
— En el ámbito personal me veo formando la familia numerosa que siempre he querido tener, y en el ámbito profesional, creciendo, aprendiendo de ello y sacando lo mejor de cada etapa.

¿Cómo percibe la Mallorca de hoy, que es su tierra? ¿Le gusta cómo estamos evolucionando o echa de menos algo que esté por hacer?
— Aunque soy madrileña, veraneo en Mallorca desde que nací por los lazos familiares que me unen a la Isla, ya que soy medio mallorquina por parte paterna. Me parece una isla maravillosa en todos los sentidos. En cuanto a cosas por hacer, sería genial que se potenciara más su cultura, como por ejemplo la cocina mallorquina, para así poder captar otro tipo de turismo y no depender tanto de la estacionalidad, o impulsar la artesanía para no depender únicamente de los ingresos que aporta el turismo.