El Coliseo Balear se llenó de público que asistió a la corrida de toros en Palma. | Redacción Local

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Corrida conmemorativa de los 90 años del Coliseo Balear. Reses de Virgen María (4), Juan Padro Domecq (3) y Parladé (1), con un comportamiento muy desigual. El encierro evidenció una considerable falta de fuerzas; solo el tercero demostró fijeza.

Morante de la Puebla. De verde botella. Cuatro pinchazos y estocada: silencio; y pinchazo y estocada: aplausos y saludo en el tercio.
El Juli’. De azul cobalto y negro. Estocada y descabello: aplausos y saludo en el tercio; y estocada con una oreja.

El Fandi. De verde manzana. Estocada: dos orejas; y pinchazo, estocada y descabello: una oreja.

Manzanares. De burdeos y azabache. Estocada: una oreja; y pinchazo y estocada: aplausos.

El público respondió a la llamada y el Coliseo Balear registró más tres cuartos de entrada en la corrida de celebración de su 90 aniversario. El público irrumpió en gritos de «libertad, libertad» antes de comenzar un festejo presido por Fernando Corchero, que estuvo auxiliado por Claudia Giménez (veterinaria) y Miguel Ángel Puertas (asesor artístico).

La noche no comenzó bien. Los primeros toros de ‘Morante de La Puebla’ y el de ‘El Juli’ dejaron patente la escasa, por no decir nula, fuerza y bravura de las reses. Ante esta adversidad, ninguno de los dos matadores pudo mostrar una ínfima parte del oficio que atesoran.

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El tercero fue otra cosa, y ‘El Fandi’ entendió que había que mimar al toro y optó solo por señalar un puyazo. El de Virgen María, noble en la embestida, propició el lucimiento del diestro granadino con el capote. El tercio de banderillas fue brillante y con la muleta ejecutó una faena que contó con un amplio abanico de pases y poses. El público se ‘emborrachó’ de toreo y llegó a pedir el indulto del toro. Estuvo acertada la presidencia al negarse a la petición. ‘El Fundi’ mató de estocada, que fue recompensada con dos apéndices.

palma toros 2019 foto miquel a ca¿ellas

José María Manzanares no defraudó en su primero, a pesar de que también era justito de fuerzas. El matador de Alicante dejó su impronta con una faena de corte clásico en la que el temple fue el denominador común. Supo entender al toro y logró durante la lidia cuajar algunas series con verdadero temple. Mató de una estocada y cortó una oreja.
Voltereta

En el segundo de su lote, Morante tuvo más suerte y sacó a relucir su arte, sobre todo con tres verónicas ‘marca de la casa’. Con la muleta no terminó de acoplarse con el toro, aunque dejó algunos destellos del arte que atesora. Sufrió una voltereta sin consecuencias y no estuvo acertado con el acero.

Julián López ‘El Juli’ salvó la noche con el segundo de su lote, en el que ejecutó una faena que fue de más a menos, como las fuerzas del animal. El diestro aprovechó la nobleza del astado para ligar algunas tandas con la muleta. Mató de estocada y cortó una oreja.

La volvió a armar ‘El Fandi’ en el buen segundo de su lote. El matador puso la plaza boca abajo cuando ejecutó un par de banderillas al violín. Con la muleta desplegó un amplio repertorio de pases que agredeció un público entregado, al que, eso sí, se le nota muy bisoño en cuestiones taurinas. A pesar de que no mató bien, cortó una oreja.

Manzanares tuvo momentos de mérito en la lidia del segundo de su lote, al que logró arrancar algunos pases con muchos kilates. El matador alicantino no logró acoplarse a un toro que fue de más a menos y que, al igual que el resto del encierro, evidenció falta de bravura y trapío. Lo mandó al desolladero tras un pinchazo y una estocada. El público supo reconocer su entrega con una ovación cuando el tor dobló.