Miki Jaume, este martes, en las oficinas de Trui, ubicadas en el polígono de Marratxí. | Pere Bota

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Miki Jaume (Palma, 1983) es gerente de Trui, la empresa que se encarga desde la primera edición de toda la infraestructura del Concert de la Lluna a les Vinyes, que se celebra en las bodegas Macià Batle de Santa Maria. Este acto benéfico, que celebra su octava edición, volverá a contar con la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, a la que acompañarán los solistas Lydia Fairén y Gerónimo Rauch en un concierto dedicado a la Noche de Broadway bajo la dirección de Pablo Mielgo.

¿Qué significa para Trui su participación en esta cita?
— Para nosotros es un gusto poder formar parte de este proyecto benéfico y solidario desde la primera edición. Nos sentimos parte de él por lo que significa y por cómo está concebido y el fin que tiene de ayuda a niños necesitados.

¿En qué consiste exactamente el trabajo de Trui?
— Nos encargamos de toda la infraestructura: tarimas, escenarios, carpas, y también el sonido e iluminación.

¿Cuánta gente participa?
— Unas 18 personas en infraestructuras y otras 14 en la parte audiovisual. Unas 30 en total.

¿Cómo es el escenario?
— Tiene una superficie de 150 metros cuadrados en diferentes niveles dependiendo de los instrumentos. Y nos cuidamos de insertarlo en el entorno. Como después del concierto hay una amenización con un saxofonista y un dj hemos diseñado otra tarima para dar un carácter más íntimo a esa parte del espectáculo.

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¿Varía mucho la plantilla de la empresa en verano?
— Contamos con un centenar de trabajadores fijos. Con la segmentación de áreas que hicimos tenemos trabajo todo el año. En verano es cierto que tenemos pico de trabajadores temporales muy fuertes. Por ejemplo el pasado fin de semana organizamos un festival en el que trabajaron unas 250 personas. A veces estos trabajos son muy puntuales pero también los hay que ocupan dos meses.

¿Ha cambiado mucho el montaje de escenarios en los últimos años?
— Sí, las especificaciones son más complicadas y cada vez hay más mejoras de seguridad. Luego, cada montaje es un mundo, aunque intentamos que haya unas estándares. Pero luego cada artistas, empresa o marca quiere diferenciarse de los demás.

¿Cuál será el plato musical estrella este verano?
— Tenemos, por suerte, unos meses muy movidos y muy variados en cuanto a los artistas que nos visitarán. Pero de entre todos los artistas que traemos destacaría a Manuel Carrasco y Los Morancos.

La contratación de un artista o grupo es una operación de riesgo.
— En muchas ocasiones sí. Por ejemplo, para 2020 ya he contratado a una decena de artistas que están preparando temas nuevos, pero no sabes cómo funcionarán. Pero si no los contratas ahora, luego te quedas sin fechas. Hay termómetros indicadores de lo que gusta más o menos, pero no son fiables al 100 por 100. Lo que sí tenemos claro en Trui desde el principio es la fidelidad, aunque en alguna ocasión no se haya completado el aforo o él no estuviera en su mejor momento.

Son Fusteret se ha consolidado como el gran escenario de Palma y de Mallorca.
— Por suerte es así. Después de la apuesta por el Trui Teatre, ésta ha sido nuestra mayor ilusión y estamos muy satisfechos del trabajo realizado. El terreno es municipal y nosotros lo estamos adecuando lo más que podemos con nuestras posibilidades para el disfrute del ciudadano. Hemos logrado que haya árboles gracias a Jardins de Tramuntana, hay césped artificial...

¿Echa de menos organizar un macroconcierto?
— No. Sabemos cuál es nuestra liga. El riesgo es demasiado grande para poder acabar con más de 40 años de trabajo y esfuerzo.