Corto pero intenso. El grupo apenas estuvo 36 horas en la capital navarra, pero fueron las más intensas de sus vidas. Sobre estas líneas, las once jóvenes en la Plaza del Ayuntamiento, donde se lanza el chupinazo que da inicio a unas fiestas que concluyen con el ‘Pobre de mí’. | Jaime Moreda

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Entre los cientos de miles de visitantes que ha recibido Pamplona desde el 6 de julio hasta este domingo, para disfrutar de los Sanfermines ha habido un grupo de once palmesanas.

El motivo del viaje fue la despedida de soltera de Marina Vanrell, quien estuvo acompañada, además de por su hermana Marta, por sus amigas de la asesoría donde trabaja y por sus inseparables compañeras desde los tiempos del colegio Luis Vives.

Marina apareció disfrazada en Son Sant Joan, no de blanco y rojo, sino de ‘la loca de los gatos’, ya que es una gran amante de estos felinos. La llegada a la capital navarra fue accidentada, ya que no pudieron subirse al avión de Madrid a Pamplona y tuvieron que viajar en tres coches de alquiler.

Llegaron de madrugada. Solventado el contratiempo, y tras unas pocas horas de sueño, Marina, que se casará el 7 de septiembre en Sant Francesc; Marta, Ester Paglialonga, Lourdes Garau, Bea Domínguez, Marga Jurado, Paula Bosch, Cristina Ramón, Natalia Campoy, Gemma Rodó y Antonia Martorell comenzaron la juerga.

«Vimos el chupinazo desde la Plaza del Castillo, mucha más tranquila que la del Ayuntamiento, y luego fuimos a los bares de alrededor», explicaba ya en Palma Ester. El grupo comió en un céntrico restaurante y, tras reponer fuerzas, continuaron con la fiesta. «El ambiente era buenísimo, no hemos tenido ninguna sensación ni de agobio ni de peligro». Tras más de 12 horas de cachondeo, llegó el momento de descansar para poder ver el encierro desde la plaza de toros al día siguiente.

La experiencia navarra terminó poco después con el regreso, esta vez sin contratiempos, a Mallorca. «Es muy probable que a alguna otra amiga le toque también la despedida de soltera en San Fermín o, si no, organizaremos un viaje de más días porque, aunque el ambiente es muy intenso, se nos ha hecho corto».