El cooperante Vicente Ferrer junto a Anna Ferrer en la India. | FUNDACIAÓN VICENTE FERRER

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La Fundación Vicente Ferrer ha señalado que el miércoles se conmemorará el décimo aniversario del fallecimiento de Vicente Ferrer, el cooperante catalán que dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida de miles de personas en la India con una «revolución silenciosa», ha informado este martes en un comunicado.

Este año se cumple también el 50 aniversario de la creación de su fundación en la India, un proyecto que sigue avanzando hacia nuevos territorios empobrecidos, liderado actualmente por su pareja y presidenta de la entidad, Anna Ferrer, y su hijo Moncho Ferrer, director de Programas de la organización.

Vicente Ferrer (Barcelona, 1920 - Anantapur, 2009) viajó por primera vez a la India en 1952 como jesuita y se estableció en Manmad, en el estado de Maharastra, donde trabajó junto a los campesinos ayudando a excavar pozos y creando escuelas y dispensarios médicos, además de encabezar un movimiento en favor de los derechos de los agricultores bajo la consigna de la no violencia.

Al inicio, su trabajo fue considerado revolucionario y disruptivo por parte de la clase dominante, que forzó su expulsión del país en 1968, y tras pasar un breve periodo en España, la entonces primera ministra de la India, Indira Gandhi, revocó la orden de expulsión y le permitió volver.

En 1969 se instaló en Anantapur, en Andhra Pradesh, junto a Anna Ferrer, y ambos crearon Rural Development Trust (RDT) --la matriz de su fundación en India--, un consorcio que buscaba promover el desarrollo de las comunidades empobrecidas de las zonas rurales apoyando especialmente a las castas dalits, popularmente llamadas «intocables».

En 1996, viajó a España en busca de apoyo para dar viabilidad económica a los proyectos necesarios para erradicar la pobrezaextrema en el sur de la India, e impulsó una sensibilización que permitió a la entidad pasar de las 300 aldeas en las que tenía presencia entonces a las más de 3.600 actuales, gracias al apoyo de más de 130.000 colaboradores y colaboradoras en España.

Su trayectoria al lado de los pobres le valió numerosos reconocimientos, entre ellos el Príncipe de Asturias de la Concordia (1998), la Creu de Sant Jordi de la Generalitat (2000), la Medalla d'Or de la Ciutat de Barcelona (2000) y la Cruz del Mérito Civil (2009), y además de estar nominado en distintas ocasiones al Premio Nobel de la Paz.

Vicente Ferrer falleció el 19 de junio de 2009, dejando tras de sí un testimonio de bonhomía y dedicación al prójimo, y un legado que transformó la vida de miles de personas, mejoró las oportunidades de futuro de una nueva generación «y, lo que es más importante: cimentó la esperanza en un territorio sumido por la pobreza y la resignación», y sus restos descansan en Anatapur, lugar que consideraba su casa.