El aceite de CBD está adquiriendo una enorme popularidad en el mercado de los productos naturales.

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El aceite de CBD está adquiriendo una enorme popularidad en el mercado de los productos naturales. Su componente fundamental es el cannabidiol, una substancia derivaba de la planta del cáñamo que ayuda a aliviar el dolor y a reducir la inflamación.

El cannabidiol forma parte de la familia de los cannabioides, al igual que el famoso THC (tetrahidrocannabinol). Pero, aunque tengan un origen común, son substancias muy distintas desde el punto de vista terapéutico. También los efectos son diferentes. Mientas el THC tiene efectos psicotrópicos, el CBD no, como podemos leer en este clic, de ahí que el aceite de CBD no tenga prácticamente contraindicaciones.

¿Tiene el aceite de CBD trazas de THC? Sí, pero en porcentaje mínimo. Al pertenecer a la misma familia, es posible que el aceite de CBD contenga alguna presencia de THC. De acuerdo con la normativa de la UE, si el porcentaje de tetrahidrocannabinol es inferior a un 0,02%, el aceite de CBD es completamente legal.

Menos efectos secundarios que un analgésico

Los enfermos que padecen inflamación o dolor crónico, como las personas con fibromialgia, consumen frecuentemente medicamentos analgésicos o antiinflamatorios. El uso continuado de estos medicamentos suele afectar al estómago y producir una subida de la tensión arterial. Eso obliga a contrarrestar los efectos con otras medicinas, que a su vez también tienen efectos efectuarlos.

En el caso del aceite de CDB, las reacciones adversas son mínimas y de naturaleza transitoria. El efecto más común es una ligera somnolencia. Algunos pacientes perciben también una disminución del apetito o alguna alteración de tipo digestivo y en muy pocos casos se producen complicaciones que revistan gravedad.

Esa ausencia de efectos secundarios, junto con la efectividad en la lucha contra el dolor, están convirtiendo al aceite de CBD en un tratamiento alternativo muy valorado. Incluso el Comité de Expertos en Farmacodependencia de la OMS (Organización Mundial de la Salud) tiene una opinión favorable acerca de este producto. En uno de sus últimos informes, afirma que no presenta peligros para la salud ni tiene componentes adictivos.

Tratamiento contra la ansiedad, el acné y la epilepsia

El aceite de CBD ofrece resultados óptimos en el tratamiento del dolor crónico y la inflamación, pero también tiene efectos positivos sobre otro tipo de patologías. Por ejemplo, enfermedades de tipo neurológico, como la epilepsia o el Parkinson, responden de manera muy positiva a los tratamientos con cannabidiol.

Lo mismo ocurre en las personas que padecen ansiedad; el aceite de CBD tiene efectos relajantes, que ayudan a encarar el día a día con buena predisposición y que inducen a un sueño reconfortante.

Una tercera afección que responde muy favorablemente al cannabidiol es el acné. Este es un descubrimiento muy reciente: gracias al aceite de CBD, las glándulas sebáceas disminuyen la producción de grasa y la inflamación de la piel disminuye.

El aceite de cannabidiol se administra habitualmente por vía oral, mediante el uso de gotas que se colocan bajo la lengua. Allí es donde el organismo lo absorbe con mayor rapidez. También puede aplicarse sobre la piel e incluso por vía rectal.