Martín da un beso a la barriga de su madre, Sara Carbonero, cuando estaba embarazada de su segundo hijo. | Efe

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El hijo mayor de Sara Carbonero e Iker Casillas, Martín, ha cumplido cinco años y con motivo de esta fecha, su madre le ha dedicado una emotiva carta en redes sociales.

En la publicación, Sara escribe el siguiente mensaje: «Hoy el día ha empezado diferente, después de dormirte muy tarde anoche por los nervios, mientras desayunábamos me has pedido que te contara algún recuerdo del día que naciste. Te he contado cómo fueron tus primeros días en el mundo, lo que nos hiciste sentir a todos al conocerte y ver por primera vez esos ojitos azules. Ha sido justo antes de decirte lo orgullosa que estoy del niño en el que te has convertido y lo increíble que me parece que hoy cumplas cinco años.

Cinco ya, te he explicado que me da un poco de vértigo y hemos apuntado la palabra en la lista de aquellas que todavía no conoces bien. Después te he llevado al cole mientras escuchábamos 'Lady Madrid', por supuesto sin hablar para no interrumpir la canción y al dejarte allí y marcharme he notado que me había quedado con ganas de decirte alguna cosa más, cosas que no quedaría demasiado bien escribir aquí porque la gente puede pensar que no soy para nada objetiva, que qué voy a decir yo si soy tu mamá. Podría sonar algo cursi...

Ya sabes, ese tipo de cosas como que desde que naciste has tenido sin tú sospecharlo la habilidad de colocar todo en su sitio, de traer la paz, la calma y la relatividad a nuestras vidas. O que tienes un corazón gigante, que eres generoso, observador, detallista, empático y que tu sensibilidad y tu manera de ver el mundo te hacen único. Algunas de estas cosas tú ya las sabes, como que me encanta tu sentido del humor y tu curiosidad sin límites, la que en muchas ocasiones me deja sin respuesta o con una no del todo convincente. O que me enorgullece ver cómo te preocupas y te pones en el lugar de los que tienes alrededor y cómo siendo tan pequeño o quizá precisamente por eso supiste adaptarte con facilidad a los cambios, poniéndonoslo muy fácil a los demás, sin ni siquiera cuestionarnos nunca por qué todos los niños de tu clase hablaban diferente a ti.

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Hoy el día ha empezado diferente, después de dormirte muy tarde anoche por los nervios, mientras desayunábamos me has pedido que te contara algún recuerdo del día que naciste. Te he contado cómo fueron tus primeros días en el mundo, lo que nos hiciste sentir a todos al conocerte y ver por primera vez esos ojitos azules. Ha sido justo antes de decirte lo orgullosa que estoy del niño en el que te has convertido y lo increíble que me parece que hoy cumplas cinco años. Cinco ya, te he explicado que me da un poco de vértigo y hemos apuntado la palabra en la lista de aquellas que todavía no conoces bien. Después te he llevado al cole mientras escuchábamos “Lady Madrid”, por supuesto sin hablar para no interrumpir la canción y al dejarte allí y marcharme he notado que me había quedado con ganas de decirte alguna cosa más, cosas que no quedaría demasiado bien escribir aquí porque la gente puede pensar que no soy para nada objetiva, que qué voy a decir yo si soy tu mamá. Podría sonar algo cursi... Ya sabes, ese tipo de cosas como que desde que naciste has tenido sin tú sospecharlo la habilidad de colocar todo en su sitio, de traer la paz, la calma y la relatividad a nuestras vidas. O que tienes un corazón gigante, que eres generoso, observador, detallista, empático y que tu sensibilidad y tu manera de ver el mundo te hacen único. Algunas de estas cosas tú ya las sabes, como que me encanta tu sentido del humor y tu curiosidad sin límites, la que en muchas ocasiones me deja sin respuesta o con una no del todo convincente. O que me enorgullece ver cómo te preocupas y te pones en el lugar de los que tienes alrededor y cómo siendo tan pequeño o quizá precisamente por eso supiste adaptarte con facilidad a los cambios, poniéndonoslo muy fácil a los demás, sin ni siquiera cuestionarnos nunca por qué todos los niños de tu clase hablaban diferente a ti. Me he quedado con ganas de decirte que se me cae la baba cuando hablamos de emociones y veo en tus ojos y en tus preguntas el mismo interés que cuando vemos la última peli de los Vengadores. Por cierto, la que más nos costó identificar fueron los dichosos celos... O que deseo con toda mi alma que nunca pierdas ...(sigue)

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Me he quedado con ganas de decirte que se me cae la baba cuando hablamos de emociones y veo en tus ojos y en tus preguntas el mismo interés que cuando vemos la última peli de los Vengadores. Por cierto, la que más nos costó identificar fueron los dichosos celos... O que deseo con toda mi alma que nunca pierdas esa autenticidad y ese romanticismo tuyo, por muchos obstáculos que puedas encontrar en el camino, porque ya no quedamos muchos románticos e idealistas. Que sigas dibujando corazones toda la vida y diciendo 20 veces al día 'te quiero', como haces ahora. Que continúes, como hasta el día de hoy, emocionándote con una canción y enfadándote cuando veas a un animal sufrir. Que nos sigas iluminando siempre con tu preciosa sonrisa, tus hoyuelos y tu cara de pillo. Que por muchos años que pasen no pierdas nunca la capacidad de sorprenderte y de valorar las cosas más simples y bellas de la vida, que sigas haciendo collares de conchas y contando atardeceres de colores, cantando en el coche e inventando historias a medias para dormir donde casi siempre eres el héroe.

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Hoy el día ha empezado diferente, después de dormirte muy tarde anoche por los nervios, mientras desayunábamos me has pedido que te contara algún recuerdo del día que naciste. Te he contado cómo fueron tus primeros días en el mundo, lo que nos hiciste sentir a todos al conocerte y ver por primera vez esos ojitos azules. Ha sido justo antes de decirte lo orgullosa que estoy del niño en el que te has convertido y lo increíble que me parece que hoy cumplas cinco años. Cinco ya, te he explicado que me da un poco de vértigo y hemos apuntado la palabra en la lista de aquellas que todavía no conoces bien. Después te he llevado al cole mientras escuchábamos “Lady Madrid”, por supuesto sin hablar para no interrumpir la canción y al dejarte allí y marcharme he notado que me había quedado con ganas de decirte alguna cosa más, cosas que no quedaría demasiado bien escribir aquí porque la gente puede pensar que no soy para nada objetiva, que qué voy a decir yo si soy tu mamá. Podría sonar algo cursi... Ya sabes, ese tipo de cosas como que desde que naciste has tenido sin tú sospecharlo la habilidad de colocar todo en su sitio, de traer la paz, la calma y la relatividad a nuestras vidas. O que tienes un corazón gigante, que eres generoso, observador, detallista, empático y que tu sensibilidad y tu manera de ver el mundo te hacen único. Algunas de estas cosas tú ya las sabes, como que me encanta tu sentido del humor y tu curiosidad sin límites, la que en muchas ocasiones me deja sin respuesta o con una no del todo convincente. O que me enorgullece ver cómo te preocupas y te pones en el lugar de los que tienes alrededor y cómo siendo tan pequeño o quizá precisamente por eso supiste adaptarte con facilidad a los cambios, poniéndonoslo muy fácil a los demás, sin ni siquiera cuestionarnos nunca por qué todos los niños de tu clase hablaban diferente a ti. Me he quedado con ganas de decirte que se me cae la baba cuando hablamos de emociones y veo en tus ojos y en tus preguntas el mismo interés que cuando vemos la última peli de los Vengadores. Por cierto, la que más nos costó identificar fueron los dichosos celos... O que deseo con toda mi alma que nunca pierdas ...(sigue)

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En definitiva Martín, cosas que todo el que te conoce sabe que son verdad, por eso finalmente me he tomado la licencia de dejarlo escrito por aquí aún con el riesgo de resultar un poco intensa. Porque así eres tú, no he exagerado nada. Suerte la nuestra de tenerte en nuestras vidas haciéndolas infinitamente más bonitas. Esta mañana, nada más abrir los ojos me has preguntado mientras estirabas las piernas todo lo posible para ver si habían crecido: -«mamá, ¿estoy diferente?». He sonreído porque tu querías que te dijera que sí y yo solo pensaba en que no, y en que ojalá no cambies nunca. Feliz cumpleaños, mi pequeño corazón gigante.»

Una carta en la que la periodista abre su corazón y hablar sobre la personalidad de su hijo. Iker ha querido responder a la publicación con el comentario: «¡Muchas felicidades a este campeón! Singular y lleno de ternura. Parabens».