El espectáculo de luz y color no ha llegado en esta ocasión, las nubes lo han impedido. | Pere Bota

TW
2

Un año más la llegada del invierno fue celebrada este sábado por numerosas personas que, ataviadas con sus móviles, cámaras y algunos prismáticos, madrugaron para presenciar desde es Baluard un espectáculo luminoso ya tradicional en el calendario que ofrece la catedral de Mallorca.

Sin embargo, un banco de nubes en el horizonte frustró el esperado fenómeno.

Se trata del efecto que producen los rayos del sol cuando se filtran a través del rosetón del presbisterio para reflejarse en el frontal, destacando sus vitrales policromados.

Una visión cuyo lugar idóneo para su observación es la terraza mirador de Es Baluard, hecho que descubrió Dani Ruiz, presidente de la Societat Balear de Matemàtiques.

A continuación los asistentes asistieron a la conferencia La ciència de la llum i els reflexos.