Iratxe Pérez nos explica en el Cajón de Sastre de ultimahora.es qué transmite cada color de nuestra ropa. | A. López

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En este vídeo, ya se explica qué transmite cada color pero, ¿qué colores te sientan mejor? Llevar prendas del color adecuado hacen que nos veamos y nos sintamos mejor, ya que si un tono nos favorece potencia nuestros rasgos. Para ello tenemos que determinar el tono de nuestra piel, el color del cabello y el de los ojos. De ellos dependerá si nos sientan mejor los colores cálidos o fríos.

Los colores cálidos son aquellos que se asocian al fuego: amarillo, naranja y rojo. Por su parte, los colores fríos se relacionan con el agua y el frío y son azul, verde y violeta. Estos son los colores más en general, aunque hay variaciones según los matices de cada tono.

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Tal y como explica ABC, para descubrir si nuestra piel tiene un tono frío o cálido, «lo más sencillo es mirarse en el espejo», sin maquillaje ni joyas y con el pelo retirado. «Con dos telas distintas bajo el rostro: una blanca y después, otra de color hueso o beige. Se acerca el tejido más blanco a la cara: si los ojos y el rostro se ven iluminados con él, es probable que nuestros tonos básicos sean fríos. Si al repetir el ejercicio con un tejido en tono beige se comprueba que es éste el que ilumina ojos y cara, se trata de una complexión cálida». También se puede sustituir el blanco por el plateado y el beige por el dorado para hacer la prueba. Además es importante mirar el tono de la venas en la muñeca: si son azules, el matiz es frío, en cambio, si se ven verdes, el matiz es cálido.

En rasgos generales, si tus ojos son verdes, celestes, azules, grises o negros y tu color de pelo es rubio, castaño o negro, tu matiz es frío. En cambio, si tus ojos son de algún tono marrón y tu pelo rubio con tonos rojizos o marrón, tu matiz es cálido. El vídeo que se adjunta a continuación te enseña a descubrir mejor cuál es tu termia.

La teoría del color no es un concepto nuevo. Tal y como explica ABC, «el pintor suizo Johannes Itten (1888-1967) se dio cuenta de que sus estudiantes dibujaban las mismas escenas del taller de pintura con muy distinto resultado. Descubrió que los estudiantes que usaban tonos más cálidos eran los que tenían la piel más dorada y los ojos más castaños, mientras que los estudiantes con piel más rosada, pelo más ceniza y ojos azules se decantaban por los tonos más fríos al pintar».