El nuevo crucero de lujo francés, con espíritu de megayate, atracado ayer en el puerto de Palma. | Gabriel Alomar

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El futuro en su estética más genuina está presente, como en una película de ciencia ficción, a bordo del sofisticado crucero francés Le Laperouse. Presentado ayer en Palma con motivo de su temporada inaugural tras su entrega el pasado verano, acogió a bordo la tradicional entrega de la metopa por parte de la Autoritat Portuària al capitán del buque, David Marionneau, por parte de la comercial de la APB, Xisca Leal.

Diseñado para apenas 180 afortunados pasajeros y con un número similar de tripulantes, este buque tiene una relación propia de un megayate y con éste espíritu de lujo y aventura navega para la firma Le Ponant, que es como el Moët Chandon de los cruceros en Francia. Y como culmen de una decoración exquisita en todos los detalles, Le Laperouse ofrece además un espacio inspirado en el célebre submarino de ficción Nautilus, de Jules Verne.

Nada menos que un salón con vistas al fondo del mar a través de cuyos ventanales se puede observar la fauna marina.

Durante el tiempo en que estuvo amarrado, los invitados pudieron ver los peces nadando en el interior del puerto de Palma. Para ello cuenta con unas cristaleras de 18 capas de grosor.

Perteneciente a una nueva clase de buques bautizada en homenaje a los grandes exploradores franceses, este navío ha sido construido en Tulcea, Rumania, y concluido en Alesund, Noruega. Su entrega coincide con el 30 aniversario de la firma Le Ponant.

Con 9.900 toneladas de registro es algo menor que la serie precedente, encabezada por Le Boreal, de 10.700 toneladas, pero más exclusiva en su decoración y cuya clase consta de un total de seis unidades que entrarán en servicio en el plazo de dos años. Asimismo, está encargada ya la construcción de una unidad rompehielos para expediciones turísticas al Océano Ártico. Este buque llegó ayer procedente de Maó y zarpó con destino a Barcelona. Su escala coincidió con los cruceros Jewel of the Seas y MSC Opera.