Algunos de los cachalotes avistado desde el velero Irifi.

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El velero Irifi regresó el domingo al puerto de sa Ràpita tras haber hecho una travesía de 444 millas náuticas, avistando cachalotes y delfines. Sus tripulantes llevaron a cabo una convivencia cordial a lo largo de los días que ha durado. Han compartido esta experiencia ?promovida por la Asociación Tursiops?, un biólogo, una licenciada en Ciencias del Mar, cuatro usuarios de Projecte Jove, una terapeuta de esta entidad, un voluntario de la Obra Social La Caixa y dos tripulantes.

Carolina, Jaume Julià y María Félix y, por detrás de ellos, Txema Brotons, Guillem Orfí y Marga Cerdá.

La intención del viaje no era otra que la de llevar a cabo el proyecto BSWP, o seguimiento de los cachalotes en aguas de Baleares. El objetivo se ha cumplido y han avistado, seguido a varios ejemplares.

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Los cuatro componentes de Projecte Jove disfrutaron con la experiencia, que ha sido el premio al esfuerzo por dejar de consumir sustancias, el más veterano de la expedición, Guillem Orfí, prejubilado de La Caixa, no podía disimular la satisfacción por haber vivido esta aventura, pues nunca había hecho un viaje por mar tan largo, ni había pasado una noche a bordo, lejos de prisas y obligaciones de lo cotidiano. En su móvil se trae muchas fotos de puestas de sol, pajaritos que de pronto se posan en cubierta y, sobre todo, delfines y cachalotes sumergiéndose en las aguas. «El avistamiento era rápido, pues enseguida se sumergían, pero era espectacular ver sus colas».

María Félix, la terapeuta de Projecte Jove estaba también satisfecha, sobre todo por cómo se habían comportado los chicos del programa, «y por la cantidad de cachalotes que hemos visto. Desde el barco, a través del hidrófono los oíamos, y luego la tripulación los buscaba». El biólogo Brotons comenta que dónde más cachalotes han visto ha sido desde el norte de Menorca al sur de Cabrera, siempre por el este de Baleares, y en el canal que hay entre Mallorca e Ibiza.