Kiyoha Ito, en su local. El cocinero aprendió en Mallorca el español, una lengua que utiliza con los turistas que le visitan. | Ultima Hora

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En el corazón de Japón, entre montañas, se encuentra Takayama, también denominada la Pequeña Kioto por sus templos, santuarios, festivales, ríos y puentes. Esta región está dedicada en su mayor parte a la agricultura. Pero la historia de Takayama comenzó con sus carpinteros y tiendas de tallas de madera que tienen reconocida fama. Sus calles, especialmente las del barrio de San-machi Suji, son pintorescas, repletas de casas antiguas. Entre las mismas se encuentra, en el 3-58-2 Hommachi, el restaurante ‘Sushi Dinning Nob’, propiedad de Kiyoha Ito, que sirve unas excelentes tempuras, así como carne de hida (una de las más ricas de Japón) y sushi.

Kiyoha es un fanático de la Ruta 66, de Chicago a Los Ángeles. Todo tipo de afiches de esta legendaria carretera decoran su local, pero hete aquí que se dirige a nosotros en español y cuando le preguntamos dónde lo aprendió, nos dice que en Mallorca donde trabajó un tiempo hace 18 años en el restaurante Shogun, que está en la calle Camilo José Cela, antigua calle del Bosque, de Palma.

Como Kiyoka hace también sushi con carne de hida-gyu, que es una carne tan famosa como la de Kobe, le preguntamos si es posible hacer sushi con sobrasada, y nos contesta que «no ligan. La cocina japonesa es más de sabores suaves y la mallorquina más recia, con sabores más fuertes. Añadir sobrasada al sushi sería una cosa a estudiar, se podría hacer, pero como cocina de fusión».

Repasamos con él algunos platos de cocina balear, por ejemplo las sopas mallorquinas. De ellas dice que «podrían pasar por un ramen fuerte si fueran más caldosas y se tomaran con palillos». Añade que de España los japoneses conocen sobre todo el jamón y algunos vinos, los demás productos son casi desconocidos. A él, cuando vivía en Mallorca, sí le gustaba la cocina mallorquina, pero no la aprendió.

El Shogun fue el primer restaurantes japonés que se abrió en Mallorca. De hecho, Cela se vanagloriaba de que en «su» calle de Palma había «un restaurante japonés y dos casas de masajes».

Kiyoha se volvió a su tierra y montó su propio negocio. Tiene un gran recuerdo de Mallorca, de los mallorquines, de su gastronomía, del sabor fuerte de la sobrasada y de las vistas de la bahía de Palma. Como dijo Ciro Alegría, desde luego el mundo es ancho, pero no ajeno. Por Ultima Hora, este estupendo cocinero nipón manda saludos «a los muchos amigos que hice en Mallorca».