El tradicional estilo de vida mediterráneo se cuela en algunos de los lugares en los que sus habitantes envejecen mejor. | Pixabay

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Unos hábitos de vida saludable y los últimos avances en alimentación permiten a las personas acceder a su propia 'zona azul', ampliando su esperanza de vida y viviendo mejor cada día. El objetivo es claro: imitar las fórmulas de los lugares del mundo donde cumplir cien años no es tan extraño.

El concepto de zonas azules surgió a raíz de un artículo del explorador y escritor Dan Buettner en National Geographic. Bajo el título 'Secrets of long life' (Secretos para una vida larga) mostraba tres lugares del mundo donde la tasa de longevidad era más alta que en el resto y donde los índices de achaques asociados a la vejez eran de los más bajos del planeta. A saber: Nuoro (Cerdeña), Okinawa (Japón) y Loma Linda (California).

Posteriormente, se les añadieron la península de Nicoya (Costa Rica) e Icaria (Grecia), que compartían con las zonas anteriores algunos factores, como una vida activa, dieta equilibrada, buen descanso, niveles moderados de estrés, relaciones personales satisfactorias y un motivo por el que levantarse todas las mañanas.

Desde entonces, diferentes iniciativas tratan de replicar el modo de vida de los habitantes de las zonas azules en otros lugares del mundo preguntándose si este objetivo está a nuestro alcance. La respuesta es positiva, aunque este objetivo depende tanto del esfuerzo y disposición personal de cada uno como de los avances de la investigación y la ciencia en el desarrollo de sustancias y productos capaces de desarrollar sinergias saludables en el organismo.

Tomando como inspiración y objetivo estas zonas azules para desarrollar soluciones que colaboren en el bienestar de las personas, el laboratorio español Aora Health tiene en marcha diferentes líneas de investigación orientadas a acercar esta realidad a la población y afianzar los pilares para una vida larga y saludable.

El primer paso, según este laboratorio, es moderar el ritmo de vida, tener una dieta saludable, reducir el estrés y las prisas, evitar el sedentarismo y mejorar la comunicación con los demás. El segundo es incorporar a nuestro día a día la toma de complementos alimenticios naturales que actúen en el organismo resolviendo carencias y ayuden a tomarse la vida de una manera más positiva, repercutiendo positivamente en las relaciones sociales y evitando los estados semidepresivos.