La historia de superación del entrenador personal Javier Melchiorre. | Click

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Javier Melchiorre es uruguayo, de Montevideo. Hace tres años que vive en Mallorca. Trabaja como instructor en el gimnasio Vital Fit, en Hornabeque. En 2012, en Montevideo, donde trabajaba como asesor de seguridad, tuvo accidente de moto. Fue tal el golpe, que quedó en estado vegetativo, sin poder moverse. «Quedé tan destrozado, que ni mi misma familia me reconocía, pues era como un monstruo», dice.

Tras volver a la vida se enteró de que le habían tenido que hacer varias operaciones para sobrevivir. «Llevaba un clavo de Küntscher en el femur. En la clavícula me habían puesto un hueso, que me habían sacado de la cadera, con ocho tornillos, y me habían hecho cirugía plástica en la nariz, que se me había partido en tres. Llevaba también tornillos y placas en la órbita ocular derecha y pómulo. La muñeca derecha se me había quedado fija, pero podía mover los dedos, y mi tibia y peroné habían sido atornillados. Todo eso me obligó a ir en silla de rueda durante cuatro meses. Sí, me pase todo ese tiempo de la cama a la silla, traslado corto pero doloroso, pues el mínimo movimiento me afectaba. También padecía de vértigos y algún que otro ataque de pánico e insomnio, que fui superando con medicación».

Constancia

El segundo paso fue caminar ayudándose del bastón, «ya que las muletas no las pude utilizar, pues una de mis muñecas no funcionaba».El tercer paso fue el de conducir. Poco a poco fue recuperando los reflejos, poco a poco se fue haciendo con el volante.«Y por supuesto, tuve que dejar de practicar mis dos deportes favoritos, kick boxing y boxeo. A cambio empecé a estudiar cómo hacerme entrenador personal, hice cursos de nutricionismo, comenzando también con ejercicios y clases de fitness. Y así fui, poco a poco, a base de mucha constancia, recuperándome y adquiriendo conocimientos, prácticos y teóricos, que me han valido para ser lo que soy ahora. Es más, gracias a lo que he pasado, me he especializado en la preparación de discapacitados físicos. Y ahora me estoy entrenando para participar en campeonatos de físico culturismo».

Javier, que dice que todos estamos expuestos a un accidente, aconseja que si lo tienen nunca dejen caer los brazos. «Luchen. Esfuércense. Que con constancia, y pensando que te vas a recuperar, lo consigues. Y si no puedes hacer lo que hacías antes, haz cosas nuevas».