Antònia Gelabert es de Santa Catalina y el día 29 de abril cumplirá 101 años. Y cocina, limpia y pasea cada día | Click

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Antònia Gelabert Vich, que cumplirá 101 años el próximo 29 de abril, suele salir cada día, sobre todo por las tardes, a dar una paseo hasta sa Faixina, donde se encuentra con amigas, bastante más jóvenes que ella, con las que se entretiene charlando un rato de sus cosas. Lo bueno es que hace el recorrido desde su casa (vive en la calle Monterrey) hasta dicho lugar.

En casa no se queda quieta. Se levanta sobre las ocho, desayuna y se vuelve a meter de nuevo en la cama, hasta las once. Una vez puesta en pie, si hay que pasar la fregona, la pasa. Y si ha de quitar el polvo, lo quita. Y si la comida se la hacen, la cena se la suele hacer ella: una sopita, un caldito, calentar empanadas?.

Antonia tuvo nueve hermanos. Como su padre murió joven, y había muchas bocas que alimentar, desde los 12 ha estado trabajando, primero en el campo, donde cobraba 35 céntimos de peseta a la semana, «mientras mi hermano cuidaba cerdos y otra hermana cuidaba un niño». De jovencita conoció a Pedro y se hicieron novios. «Tenía una carbonería, en la que yo también trabajé, hasta que la gente dejó de comprar carbón. Entonces pusimos un colmado, Can Pedro que ha estado abierto hasta hace 10 años».

Su mente es lúcida y su memoria clara, en la que tiene ordenados los distintos episodios de su vida que rescata con suma facilidad. En cuanto a la salud, es excelente. «Solo tomo unas gotas para las varices. Nada más. Ni siquiera para la tensión. Y como de todo, desde sopa hasta porcella».

Siempre le había dicho a su hija que no vería a sus nietas, «pero no solo las ha visto, sino que una de ellas la va a hacer bisabuela.