En una entrevista con Efe, Leticia Dolera explica haber apostado por el formato escrito, y no por el audiovisual, «porque hay una parte teórica del feminismo que es importante leer para comprenderla, aunque el libro también intercala partes de ficción y relatos en primera persona para poder meterte en la piel de los personajes y comprender lo que les pasa».
La actriz catalana afianza así su faceta de activista feminista, a la que ha demostrado ser fiel en galas como la de los Goya con su polémico «os está quedando un campo de nabos feminista precioso», o en los Feroz, donde pronunció un discurso que las redes bautizaron como «el más feminista».
Dolera asegura que no teme que sus convicciones condicionen su carrera profesional, ya que para ella pesan más «las consecuencias positivas y luchar por conseguir un mundo más igualitario y libre de violencia contra las mujeres, que es suficientemente importante».
Precisamente, gracias a «ponerse las gafas del feminismo», como ella misma dice, ha sido capaz de «rechazar algunas películas porque su relato fomentaba o perpetuaba estereotipos negativos para la sociedad».
Una práctica que Dolera recomienda es consumir películas o relatos contados desde el punto de vista femenino o protagonizados por una mujer, porque, según ella, son vistas como «cine para mujeres y entonces el capital no las ve como cine y las distribuidoras no invierten tanto».
«Las películas dirigidas por mujeres las quitan antes del cine porque tienen una inversión en márketing menor, y la gente no se entera de que están en pantalla», denuncia la directora. Para Dolera, «una espectadora mujer puede sentirse identificada con un protagonista hombre, igual que un hombre con una protagonista mujer».
Además, confía en que el fenómeno que estamos viendo en la industria de las series, con el éxito de Las Chicas del Cable, Big Little Lies o Girls, llegue al cine, «porque hay muchas mujeres queriendo contar historias y, sobre todo, mucho público queriendo verlas y que se las cuenten».
Por eso, Dolera confía en que su libro «lo puedan disfrutar tanto mujeres como hombres», a los que anima a «morder la manzana y entienda cómo nos sentimos, de una manera pedagógica».
La autora reconoce que «cuando las cosas funcionan de una manera (en alusión a sociedad patriarcal) resulta difícil salir de ahí porque significa ir a lo desconocido».
«Además, -añade- la cultura patriarcal está tan arraigada que es difícil asumir que los estereotipos en los que te educan desde que eres pequeño no son naturales, es algo habitual pero injusto».
Según Dolera, las redes sociales han jugado un papel clave ya que gracias a Internet «las mujeres nos hemos dado cuenta de que lo que creíamos que nos pasaba solo a nosotras, porque interpretamos algo mal o somos unas exageradas, es algo que le pasa a muchas mujeres en todas las ciudades y países».
En el libro, la autora define y defiende el concepto feminista «sororidad» como «la hermandad entre mujeres, un compañerismo consciente y activo en el que nos reconocemos unas a otras como sujetos políticos que formamos parte de mismo grupo social, ese que viene marcado por el género mujer».
La actriz afea que a las mujeres les inculcan ideas como «las hermanastras de la cenicienta», que están enfrentadas entre ellas, lo que provoca que «las mujeres creamos que no podemos hacer piña, cuando es lo que necesitamos, hacer piña y sentir que no estamos locas, que no somos unas exageradas».
El movimiento #MeToo, que ha provocado un tsunami de denuncias de acoso en el ámbito laboral tras el caso Weinstein, es producto de esta voluntad y, según Dolera, «ha conseguido poner el tema de las agresiones sexuales en la agenda política y mediática, rompiendo con la cultura del silencio que envuelve estos casos».
«De repente, mujeres de todo el mundo estamos despertando y tenemos que conseguir que toda la fuerza que está en la calle se articule en medidas políticas concretas», propone la guionista. «Estamos viviendo una nueva ola de feminismo», concluye.
13 comentarios
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No estoy deacuerdo con esta señora, te puedes esperar cualquier cosa de cualquier persona sin importar el sexo.
Buf, qué pereza...
Lo que dice esta chica es mentira. Y otras cosas que le he leído en otras entrevistas reflejan que no está redonda.
Primero dice que la acosaron y después saca un libro , un poco sospechoso .
Pues condenando cualquier actitud violenta, también se podría poner un titular así: "Ningún hombre tiene intención de maltratar a su pareja", y lo más probable es que sea verdad, pero al final las circunstancias hacen que la gente pierda la cabeza y haga cosas que nunca pensó. Injustificables y condenables, por supuesto. Tod@s somos buen@s, hasta que dejamos de serlo...
En Israel hay taxistas que no cobran el servicio a mujeres cuando estas amenazan con denunciar acoso sexual si no las dejan irse sin pagar. Alguno ha puesto camaras y así ha demostrado la falsa acusación y librarse de la carcel.. También los empresarios tienen miedo de contratar mujeres para no exponerse a falsas denuncias.
Nací varón y no pienso pedir perdón por ello.Que cada palo aguante su vela y que se juzgue a las personas por sus actos y no por su género. esta moda de desconocidas de apuntarse al carro del victimismo de género para alcanzar la fama , no ayuda para nada a alcanzar la justa y necesaria igualdad , si no más bien todo lo contrario , este no es el camino porque generalizar es injusto e improductivo , yo no acoso , yo no discrimino , yo no abuso y no me siento culpable de nada.
El enunciado , menuda tonteria , hay gente para todo , mujeres y hombres, anda , como si historicamente no hay malvadas y malvados , lo dicho , tonterias para vender . Otra que resta , una plaga .
Quiero creer que ese comentario es por que la autora es un alma cándida, y no porque tenga mala intención. Quiero creer,
Eso no es del todo cierto ......algún caso hay!!!! Con los hombres creo que sería correcto esa afirmación