La Beateta Pilar Planas Alzamora presidió el sábado la tradicional cabalgata en honor a Santa Catalina Thomàs. | Pere Bota

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Las calles del centro de Palma fueron este sábado escenario de la celebración de la Cabalgata del Carro Triunfal de la Beata, en honor a la santa mallorquina Catalina Thomás, que presidió la Beateta 2017, Pilar Planas Alzamora, junto a su corte de ángeles. Este acto, que contó con una favorable climatología, tuvo una gran acogida por el público, sobre todo el infantil, que disfrutó con todos y cada uno de los tradicionales elementos que ésta proporciona. Hubo algunos cortes, aunque propiciados, lógicamente, por los bailes de los participantes.

El cortejo salió desde el Passeig Mallorca transcurriendo por Jaume III, Unió, Plaça Mercat, Plaça Weyler, Riera, la Rambla, Via Roma e iglesia de Santa Magdalena. Lo inició la Sección Montada de la Policía Local, seguida de los Tamborers de la Sala, el padrí de la Beata, representado por Xisco Serra, y los gigantes del Consell de Mallorca. La música no tardó en repartir la alegría de las típicas tonadas, acompañando a los componentes de la Escola de Música i Danses de Mallorca. Los Dimonis Petits de Sa Cova des Fossar, de Sineu, y los Dimonis a Lloure, fueron de los primeros en aparecer y, tras ellos, los del Molinar y Factoria de So, animados por batucadas, causando emoción entre los niños. La Escola de Ball de l’Assumpció volvió a cautivar por su gran despliegue participativo.

Aportaron dos carrozas: una, representando a la Beateta con los angelitos, y otra, como monja en el convento de Palma. Los componentes de la Assumpció recrearon también el grupo del cardenal Despuig y también aportaron una pequeña colla de dimonis, además de las Tres Virtudes: La Beata, acompañada por Santa Práxedes y Santa Catalina.

Valldemossa

Precediendo al carro triunfal estuvo la representación de Valldemossa, pueblo natal de la Santa, con una carroza y luego cinco carretons con niños vestidos de payeses. La primera parada del carro tuvo lugar, como es tradición, en la denominada Piedra de la Beata, adosada a la iglesia de Sant Nicolau. Desde un balcón del templo fue descendido el famoso cucurucho con golosinas, regalo del rector, Bernat Oliver, creando una gran expectación entre los niños que iban en el carro. Allí tuvo lugar un baile típico mallorquín a cargo de los bailadores de l’Assumpció.

El carro triunfal enfiló su más emocionante etapa hacia la zona del Teatre Principal, donde se encontraban las autoridades. En esta edición acudieron más políticos acompañando al presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, quien subió al carruaje para obsequiar a Pilar Planas. A continuación, el carro enfiló la Rambla, cerrando el cortejo la Banda Municipal de Música.