Dos imágenes de la estatua de Juníper Serra, antes y después de sufrir el acto vandálico. | La Patilla

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Vivimos una ola, se puede decir, de reescribir la Historia casi como nos conviene. Una ola que tendría que estar en el debate de los historiadores profesionales, pero que está siendo utilizada políticamente en muchos países del mundo. Un caso sonado es el de Trump, presionado para que no se usen los símbolos suristas, especialmente la bandera de la Confederación del general Lee por ser símbolo de la esclavitud. Episodios en España tenemos para aburrir, como sa Feixina o el monumento a Colón en Barcelona, ambos que quieren derribar.

Ataques

Las estatuas de Juníper Serra en México no han sufrido ningún ataque jamás. Caso bien distinto son las estatuas del santo petrer en las misiones californianas. La que está en una de las entradas de Carmel fue rociada con pintura hace algo más de un año. Luego, la de Missions Hills también fue dañada, pintaron las manos del misionero mallorquín de rojo, y sobre la figura se escribió «asesino».

Otro episodio fue el intento de profanación del cementerio misional de Santa Bárbara, donde también la estatua del santo fue rociada con chorros de pintura.

El último acto de vandalismo se produjo la semana pasada, la madrugada del lunes 11, según trascendió este domingo. Un grupo de personas penetró de nuevo en la misión de Santa Bárbara, a 175 kilómetros de Los Ángeles, y cortó la cabeza de la estatua del evangelizador, que no ha sido recuperada. Por si fuera poco, la imagen del ‘petrer’ fue cubierta de pintura roja color sangre, chorreante por todo el monumento, que ahora aparece cubierto con una sábana.

La policía está analizando los vídeos de la misión. De momento no hay detenidos.