Fotografía facilitada por el fotógrafo Jesse Walker de la modelo belga Marisa Papen posando desnuda en las pirámides de Guiza, a las afueras de El Cairo. | Jesse Walker

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La modelo belga Marisa Papen quiso emular desnuda la figura de la reina egipcia Nefertari durante una sesión fotográfica frente a las legendarias pirámides de Guiza y en el majestuoso Templo de Karnak, pero las imágenes en las que aparece despojada de toda vestimenta han enfadado al Gobierno egipcio.

Un reto fotográfico alrededor del mundo llevaron a Papen y a su fotógrafo Jesse Walker, el pasado mes de marzo, a aterrizar en Egipto para un periplo de ocho días, con el objetivo de inmortalizarse desnuda junto a los milenarios templos faraónicos.

No todo marchó como esperaban y una de las noches la pasaron en prisión en la ciudad de Luxor (sur) tras ser arrestados por la policía turística. El motivo: desnudarse en el Templo de Karnak.

«Llegué a finales de marzo (a Egipto) y hemos estado esperando (desde entonces) y pensando si difundir las fotos o no y cómo. Sabíamos que podría ser algo arriesgado y que habría reacciones negativas, pero finalmente decidimos difundirlas porque el mundo necesita ver historias como esta», asegura Papen a Efe en una entrevista telefónica.

Esas capturas clandestinas fueron tomadas el pasado mes de abril, pero no han sido publicadas en su página web hasta este septiembre, una cuestión que ha enfadado al Ministerio de Antigüedades egipcio, que ya tuvo que lidiar en 2015 con una grabación clandestina de un vídeo de contenido adulto en la misma área.

A los pies de Keops, Kefrén y Micerinos, las tres pirámides que se erigen en Guiza, a las afueras de El Cairo, Papen, de 25 años, se escondió para posar durante unos instantes en el marco de un proyecto donde su piel desnuda siempre disfruta del aire libre.

Asegura que junto a su fotógrafo fueron cazados en plena sesión de fotos por trabajadores egipcios que rondaban el terreno árido de las pirámides. Sin embargo, pudieron escabullirse sin problemas tras pasarles 20 dólares bajo la mano.

Según relata, el tercer día de este viaje conocieron a un egipcio que les facilitó la tarde siguiente que se desarrollase sin ningún tipo de obstáculos el proyecto anhelado en las pirámides.

Le explicaron qué clase de «arte» era el que querían crear, así como que no se trataba de pornografía. Su respuesta fue una gran carcajada, además de que estaban «locos», aunque aceptó, cuenta Papen.

EL DESNUDO DE UNA MODELO BELGA EN LAS PIRÁMIDES ENFADA AL GOBIERNO EGIPCIO

«Hemos disfrutado de buenas conversaciones con los egipcios y hay gente que nos ha ayudado. Pero hemos tenido problemas porque no soy una persona religiosa y es difícil crear algo así», arguye la modelo, que tras acabar sus estudios de Marketing en Bélgica decidió hacer la maleta para desarrollar su proyecto, denominado: «Mi isla».

Papen subraya que «hay una gran diferencia entre la desnudez y el porno», aunque tras su periplo por el conservador Egipto comenta que «parece que para los egipcios la desnudez significa porno y no ven nada artístico en ello».

En el templo de Karnak, en Lúxor, unas instantáneas tomadas entre las ancestrales columnas mientras se paseaba tal y como vino al mundo llevaron a modelo y fotógrafo a la cárcel, donde pasaron una noche.

«Cuando fuimos arrestados, tuvimos que borrar todas las fotos. Formateamos la tarjeta, pero conocíamos un programa para recuperar las imágenes», asegura.

Según un comunicado difundido tras la publicación de las fotografías por el Ministerio de Antigüedades egipcio, se tomaron «todas las medidas legales» en el marco de su determinación de impedir cualquier acto «que contradiga los valores y la moral del pueblo egipcio».

El Ministerio indicó que cuando fueron detenidos la modelo adujo que quería aparecer «como la reina Nefertari», la esposa favorita de Ramsés II, faraón de la XIX dinastía del Imperio Nuevo (1539-1075 a.C.).

Papen tuvo que explicar todo delante de un juez, quien finalmente les puso en libertad sin cargos, pero les advirtió de «no hacer nunca más eso tan estúpido y vergonzoso».

Ahora, insiste a Efe en su «extrañeza» por el hecho de que los jeroglíficos dibujados y las estatuas levantadas en dichos monumentos muestren a mujeres semidesnudas y que ella no pueda mostrarse de la misma manera.

«Que digan que es ilegal (lo que he hecho) en las pirámides y en el Templo de Karnak es algo extraño. Además, ellos ni lo construyeron. ¿Cómo pueden decir que (esa tierra) pertenece a la religión? No pertenece a la religión, así que ellos tienen que investigar y saber de lo que están hablando», zanja.

Tras esta experiencia, aduce que no tiene pensado volver «pronto» a un país árabe, aunque señala que posiblemente viaje en un futuro para realizar un proyecto similar. «Ya veremos», remacha con una risa enigmática.