Los smoothies son sanos, nutritivos y refrescantes.

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Esto es lo que ofrecen los smoothies, una bebida que cada vez tiene más adeptos desde que empezaran a introducirse en nuestro país y a ponerse de moda hace unos años. El smoothie no es, ni más ni menos, que un zumo o batido multifrutas al que también pueden incorporarse hortalizas y/o verduras; si bien, se caracteriza por su mayor cremosidad. Así pues, podríamos decir que los smoothies nos han acompañado durante toda la vida pero ahora vienen con novedades adaptándose a los nuevos tiempos.

Cada vez más, por la calle encontraremos lugares en los que los ofrecen, algunos incluso de forma exclusiva, como si de una heladería se tratase. Sin embargo, preparar un smoothie en casa es muy fácil y una buena opción para complementar una comida, de postre o, incluso, para un desayuno más vistoso. Y porqué no, también puede ser una idea muy original para la merienda de los más pequeños de la casa, pues con ella incrementaremos el consumo de fruta y verdura de una forma divertida, fácil y más apetecible para ellos, ya que el calor del verano muchas veces quita el apetito. Una bebida fresquita y rica de sabor sienta fenomenal para recargar pilas.

Preparar un smoothie es muy sencillo y rápido. Lo primero de todo es elegir la fruta que le queremos poner, es recomendable escoger, como mínimo, dos diferentes para lograr una explosión de sabores; también podemos añadir hortalizas y/o verduras para hacerlo todavía más saludable, por ejemplo pepino, apio, aguacate... hay un sinfín de combinaciones que nos abren un mundo de posibilidades y sabores.

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Una vez que hayamos decidido la fruta, tendremos que escoger la base de nuestra bebida, que puede ser cualquier tipo de leche (incluidas las vegetales), zumo de fruta, té o, simplemente, agua (con este último no quedará tan sabroso pero puede ser un buen aliado si se trata de lograr una bebida baja en calorías). Llegado a este punto tendremos que tener en cuenta que en función del tipo de fruta que escojamos tendremos que añadir más o menos líquido, ya que hay frutas, como la sandía, que contienen un alto porcentaje de agua.

El tercer paso sería añadir algún ingrediente que espese nuestro smoothie y le aporte cremosidad. El yogur, la crema de cacahuete o de almendras, el helado o los copos de avena pueden ser una buena opción ya que, además de espesar y proporcionar una textura más sólida, también aportan nutrientes a la bebida. En el caso de usar copos de avena, es recomendable sumergirlos en la leche, el zumo o la base líquida que queramos usar para que se ablanden y sean más fáciles de triturar y mezclar.

A continuación, podemos añadir ingredientes que aporten dulzor o un toque diferente como miel, sirope de arce, vainilla, dátiles, canela o cacao puro en polvo. Hay quien también añade otros alimentos con propiedades muy beneficiosas: semillas de lino o de chia, polen de abeja o bayas de Goji podrían ser alguno de ellos. Estos dos últimos pasos son muy personales y dependerán sobre todo de los gustos de cada persona, sin embargo es primordial respetar los tres primeros para conseguir un auténtico smoothie. A la hora de preparar estas bebidas, podemos usar frutas previamente congeladas, nos darán una textura más espesa y conseguiremos una bebida más fresquita; también podemos usar hielo.

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El mundo de lo natural ha llegado y lo hace para quedarse con nosotros. Buena muestra de ello son los smoothies que proponemos en estas líneas. Más conscientes de la importancia de una vida sana, y fruto del estrés y del escaso tiempo que disponemos, cada vez más se buscan fórmulas que nos permitan solventar ciertas carencias, entre ellas alimenticias. Los smoothies se presentan como una opción ideal para inyectar en nuestro cuerpo una dosis extra de vitaminas y nutrientes de una forma rápida y muy cómoda, ya que se pueden preparar previamente y tomar en cualquier lugar.

Existen muchas combinaciones de frutas y verduras que resultan exquisitas. Os ofrecemos algunas ideas, pero recordad que cada paladar es diferente y, como dice el dicho popular «para gustos, los colores». Uno tradicional donde los haya, y de un sabor que pocos pueden combatir, es la mezcla de fresa y plátano; por otro lado, con piña, aguacate, espinacas y cubitos de hielo lograremos un smoothie detox, ideal para contrarestar comilonas. Son solo dos ejemplos, pero cuando se trata de elaborar estos batidos, lo mejor es improvisar con los ingredientes que tengamos en casa, seguro que conseguimos combinaciones explosivas que a buen seguro nos sorprenderán.