Imagen de Salvador Sobral con Manel Navarro, representante español en Eurovisión, hace unas semanas en Madrid.

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La conexión mallorquina con la 62ª edición del Festival de Eurovisión tiene nombre y apellidos: Salvador Sobral. Puede que su nombre no les suene, pero esta semana no dejarán de oír hablar de él. A la chita callando, este joven cantante portugués ha pasado de ser un estudiante de Erasmus que llegó a la UIB en 2011 para estudiar Psicología a convertirse en uno de los favoritos para ganar el certamen. Este martes, a las 21.00 horas, tiene su prueba de fuego en la primera semifinal y, si los augurios no fallan, pasará a la final del sábado, donde se las verá con otros 25 países, entre ellos, España.

A pesar de su juventud, Sobral (Lisboa, 1989) lleva mucho tiempo labrándose un nombre en el mundo de la música. Con 18 años formó parte de Ídolos, un programa de la televisión portuguesa similar a Operación Triunfo, donde finalizó séptimo. Ni se sintió cómodo con las canciones, ni con la fama. Por eso, siguiendo los consejos de su familia, comenzó a estudiar Psicología y su tercer año lo realizó con una beca de Erasmus en la UIB.

En la Sala Vamp se subió a un escenario de nuevo para interpretar una canción de Ray Charles. El ‘veneno del escenario’ hizo que dejara sus estudios, se instalara en Palma definitivamente y se centrara en la música, enfocando su trayectoria al jazz y al blues, formando la Salvador Sobral Quartet. A caballo entre su Lisboa natal, Barcelona y Mallorca, ha recorrido toda la Península.