Fernando Marín, en el aeropuerto rumbo a Estambul con un grupo de mallorquines, que han preferido no mostrar sus rostros. | Click

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Los calvos han puesto de moda Estambul. De un tiempo a esta parte viajan hasta allí calvos de medio mundo, de media España, y de estos, 30 ó 40 de Mallorca. La razón es que Estambul acoge unas 500 clínicas especializadas en trasplante de cabello.

Además de la ventaja que supone visitar una ciudad tan bella como Estambul, el principal motivo radica en la gran diferencia de precio que hay con respecto a las tarifas que se aplican en España.

Fernando Marín es uno de los mallorquines que ha viajado a Estambul a que le trasplanten cabello. Desde su viaje, abandonó su condición de calvo y luce en la actualidad una buena mata de pelo, parte de la cual le ha sido trasplantada de la zona parietal y occipital de su cabeza, donde todavía le quedaba algo. Pelo, por tanto, suyo.

El amigo que acompaña a Fernando, y que también ha recibido tratamiento de trasplante de pelo pero que no quiere revelar su identidad –igual que otros que han viajado hasta la clínica Maral–, nos dice que en una clínica española le hicieron un presupuesto para trasplantarle el cabello que ascendía a 7.000 euros, y que a otras personas conocidas por él, el presupuesto no fue inferior a los 16.000. «En cambio, en Estambul todo cuesta 2.100 euros» detalla Fernando, que desde entonces se dedica a organizar grupos para viajar a la ciudad turca, matizando que ‘todo’ incluye transfer del aeropuerto de Estambul a la clínica y viceversa, operación y estancia en la clínica, hotel con desayuno y almuerzo en el centro médico el día del trasplante. «Lo único que se paga aparte –aclara– es el vuelo, que viene a costar, entre ida y vuelta unos 400 euros, puede que un poco más».