Momento en que los jóvenes de Pòrtol lanzan la gran sardina al fuego. | Jaume Morey

TW
2

Este martes diversas localidades de la Isla celebraron el tradicional Entierro de la Sardina, acto con el que se pone fin a una semana de ruas y disfraces.

En Pòrtol, la comitiva salió en duelo por las calles de la población portando a hombros una sardina de 1,80 metros, realizada por una docena de jóvenes de Espais Joves de Marratxí. El cortejo finalizó en la plaça Can Flor, donde tras lanzar al fuego la sardina, se celebró una fiesta. El acto estuvo organizado por las asociaciones Es Turó y Garrovers.

En Llucmajor, la comitiva salió de la Escola de Música, escoltando una carroza en la que iba el Rei Carnestoltes, figura que fue lanzada al fuego, entre los llantos de las plañideras. En s’Arracó la comitiva visitó los bares del puerto antes de dar sepultura a la sardina, terminando con una torrada. El acto estuvo organizado por Caparrots y tres Pikons.

En la comarca de Manacor son Felanitx y la capital del Llevant dos de los lugares en los que persiste con más arraigo la celebración del entierro de la sardina. En Felanitx este año se han añadido los quintos a la organización del acto. El papel del obispo encargado de realizar el sermón fue para la artista Marta Obrador. El entierro y posterior incineración de la sardina fue a cargo de los Dimonis a Lloure. En Manacor, la comitiva se concentró en la plaza del Convent para iniciar un recorrido hasta la del Rosselló donde se llevó a cabo la tradicional sardinada.

En Inca, la comitiva mortuoria desfiló con su habitual solemnidad, acompañada de la banda de tambores y cornetas.