Annegret Raunigk posa con su hija Leila, la última de sus 13 hijos. Fotografía tomada en noviembre de 2005. | PATRICK LUX

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Annegret Raunigk, una berlinesa de 65 años y madre de 13 hijos, está embarazada de 21 semanas y espera cuatrillizos, según publica este lunes la prensa alemana.

Si el embarazo llega a buen término, la mujer, profesora de ruso e inglés a punto de jubilarse, se convertiría en la madre de cuatrillizos de más edad en todo el mundo.

En el último año y medio, Raunigk, que ya tiene siete nietos, se sometió a varios tratamientos de reproducción asistida en el extranjero, tanto con óvulos como con esperma de donantes.

Según el doctor Holger Stepan, de la clínica universitaria de Leipzig, tener hijos con más de 60 es «extremo» y «desde el punto de vista médico, una catástrofe absoluta».

«El cuerpo de 65 años no está concebido para un embarazo, ni de un niño y menos de cuatro», señala el experto, citado por el diario «Bild».

Moralidad

Raunigk, por su parte, no tiene problemas morales con su embarazo.

«Parece que siempre hay que responder a determinados clichés, lo cual me agota bastante. Creo que es algo que hay que decidir por una misma y, en mi opinión, sin dejar mucho que la gente trate de convencerte. Pueden pensar lo que quieran, lo que yo pienso es lo correcto para mí», afirma.

La mujer ya causó sensación hace diez años, cuando con 55 años se convertía en la madre de más edad en Alemania al dar a luz a su bebé número 13, Lelia, una niña a la que tuvo sin tenerse que someter a un tratamiento hormonal.

«Otras mujeres se buscan parejas más jóvenes, se someten a una operación de estética. Es el deseo de frenar los procesos biológicos, pero hacerlo trayendo niños al mundo es irresponsable», declara por su parte al «Bild» el psicoterapeuta Wolfgang Krüger.

La profesora ya declaró hace diez años, después de dar a luz a su retoño número 13, que los niños la mantienen joven.

La fecundación artificial experimenta un gran auge en Alemania con 10.000 nacimientos al año, según el diario.

La sanidad pública asume la mitad de los costes del tratamiento de reproducción asistida para parejas, a partir de 2.000 euros por intento.

La edad límite para una mujer es de 40 años, por lo que muchas se someten a tratamientos de fecundación artificial en el extranjero, con es el caso de Raunigk.