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EFE-SANTA MARÍA (EE UU)
La llegada de Michael Jackson al tribunal de Santa María (California) marcó ayer el comienzo del juicio en el que el cantante tendrá que responder por diez cargos de abuso a un menor de 13 años.

Con su llegada, Jackson también fijó el tono de este proceso, que ha sido descrito como «el mayor espectáculo del mundo», dada la popularidad del artista.

Jackson, de 46 años, llegó con una actitud decidida y, sin más preámbulos que un breve saludo a los cientos de seguidores que se habían dado cita a las puertas del tribunal, se dirigió al edificio donde será juzgado.

El cantante está en libertad bajo fianza de tres millones de dólares y se ha declarado inocente de todos los cargos en un caso en el que, de ser encontrado culpable de todas las acusaciones, podría pasar 20 años en la cárcel. Ataviado de blanco de los pies a la cabeza, Jackson ocultaba su mirada tras unas gafas oscuras.