El portavoz de los obispos, a la izquiera, junto al director de la oficina de prensa.

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Los obispos españoles consideran que el reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales y su equiparación con el matrimonio constituirían un «error y una injusticia de muy negativas consecuencias» para el bien común y el futuro de la sociedad.

Esta es una de las conclusiones de la nota aprobada por el comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE), dada a conocer ayer a los medios por su portavoz y secretario general, Juan Antonio Martínez Camino, quien expresó su esperanza de que el futuro proyecto de ley sobre matrimonios homosexuales no llegue a aprobarse.

En esta nota titulada «En favor del verdadero matrimonio» se afirma que los parlamentarios católicos «tienen el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar en contra» de la futura norma.

Los obispos califican de «inusitada innovación legal» este futura ley y afirman que tienen el deber de recordar algo «tan obvio y natural» como que el matrimonio no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón.

En opinión de la CEE, a dos personas del mismo sexo no les asiste «ningún derecho» a contraer matrimonio entre ellas, por lo que el Estado no puede reconocer este derecho «inexistente» a no ser actuando de un modo «arbitrario» que excedería sus capacidades y que juzgan que «dañará muy seriamente el bien común».