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«Nos hemos quedado sin nada y los niños tienen muchas necesidades», comenta Marta, la madre de Oscar, un niño hiperactivo con una rara enfermedad sin diagnosticar. Oscar, Daliah, Toni, Juan y otros 16 niños se han quedado sin los servicios de psicólogo y fisioterapeuta que ofrecía la Plataforma Sociosanitaria a los socios integrantes, entre los que figura la Asociación de Personas con Necesidades Educativas Especiales que engloba a niños que padecen una disminución.

Los servicios de la Plataforma eran un alivio para las familias ya que muchas de ellas no tienen recursos económicas para hacer frente a los gastos que supone un tratamiento privado con un especialista. «Muchos de nosotros no nos lo podemos permitir», añade Marta.

Cada miércoles, dos profesoras voluntarias, una de ellas empezó ayer, tratan de suplir las necesidades ofreciendo clases de refuerzo a los niños de 18 a 20 horas. Para María Escandell fue ayer su primer día pero Montse Fernández es la tercera vez que colabora en las clases de refuerzo. «Repasamos y jugamos con ellos. Si tienen deberes les ayudamos a hacerlos», relata Montse acerca del trabajo que realiza con estos niños.

La experiencia está resultando muy beneficiosa aunque en algún momento llegan a dudar acerca de que su trabajo es efectivo. «El primer día salí de aquí un poco triste porque pensé que no había hecho nada», comenta Montse y María asiente. En jornadas posteriores ha comprobado cómo los niños «son muy cariñosos y receptivos. Ambas son profesoras y reconocen la necesidad de que a estos niños se le dedique más tiempo para atender sus necesidades. «No hay muchos medios, Si hay 30 niños en una clase no te puedes dedicar sólo con uno», precisa Montse. Cada miércoles, de 18 a 20 horas, regalan su tiempo libre para ayudar a estos niños.