Los inmigrantes acampados en la plaza continúan a la espera de una solución.

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Este centenar de inmigrantes, que vivían en la plaza Catalunya de la capital catalana desde el pasado mes de mayo y fueron desalojados por la Guardia Urbana el pasado lunes, realizaron ayer dos asambleas en la plaza Ramón Berenguer en las que han decidido «poner condiciones» al previsible nuevo desalojo, sin las cuales piensan oponerse al mismo aunque se emplee la fuerza.

También han pedido que se les deje dormir en algún lugar de Barcelona juntos y sin obligarles a dispersarse, así como que para acceder a este sitio, que un portavoz de la plataforma de apoyo ha insinuado que podría ser una carpa instalada por la Cruz Roja, no se les exija acreditarse, ya que consideran que esto constituiría un paso previo para su expulsión del país. Un portavoz de la Guardia Urbana señaló ayer por la tarde que aún no disponían de una orden de desalojo, pero el Ayuntamiento ya ha anunciado su intención de no permitir que los inmigrantes «ocupen la vía pública» y ha avanzado que el desalojo se llevará a cabo en cuanto esté preparado el dispositivo policial.

Además, tanto el Ayuntamiento como la Generalitat y la Delegación del Gobierno coinciden en señalar que el 80% de los subsaharianos concentrados ahora en la plaza Ramón Berenguer serán expulsados del país por carecer de trabajo y de permiso de residencia. La Cruz Roja, por su parte, ha ofrecido a los inmigrantes la posibilidad de acogerlos en un albergue de Tiana (Barcelona) que alquilarían a la Fundación Pere Tarrés, pero para ello les exigía identificarse y no les garantizaba que tras su estancia en el mismo no serían expulsados del país, en aplicación de la Ley de Extranjería.