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Los extras y complementos de un coche no son una decisión que haya que tomar a la ligera, ya que influyen tanto en la comodidad de los desplazamientos como en una posible venta posterior del vehículo en cuestión. En lo que concierne a la calefacción y al aire acondicionado del automóvil, es importante elegir la opción que más se ajuste las preferencias y gustos del comprador.

En el mercado automovilístico hay dos grandes sistemas de climatización: el aire acondicionado y el climatizador. Las funciones de ambos son las mismas, pero difieren en su funcionamiento y, por tanto, en las ventajas e inconvenientes que pueda presentar cada modelo.

El aire acondicionado, por decirlo así, es el sistema más tradicional. Es el conductor (o el copiloto) quien debe regular tanto la velocidad del ventilador, como la temperatura y mezcla del aire caliente y frío así como las rejillas por las que se prefiere que salga el aire.

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Por otro lado, el climatizador va incorporado en los modelos más modernos y consigue que la temperatura del habitáculo y la humedad se mantengan estables ya que no es necesario que el conductor regule los niveles. El climatizador funciona de manera más autónoma gracias a las instrucciones de la unidad de confort del vehículo y a unos sensores exteriores que regulan la temperatura interior en comparación con la exterior.

La ventaja principal del aire acondicionado es su precio, que suele ser unos 500 y hasta 1.000 euros inferior que el del climatizador. Sin embargo, con este sistema la temperatura del aire expulsado no varía según el resto de factores que puedan intervenir (como los grados en el exterior), por lo que habrá que ir ajustándola y regulándola según las necesidades.

El climatizador permite disfrutar de una temperatura agradable y constante durante todo el viaje sin que el conductor deba preocuparse por levantar las manos del volante. Como inconveniente está el precio: al ser un sistema mucho más sofisticado encarece el coste final del coche.

En el caso de ambos sistemas de refrigeración, hay que ser consciente de que conllevan un mantenimiento para su correcto funcionamiento: es necesario cambiar los filtros del polen, recargar el líquido cuando sea necesario y prestar atención a que no haya fugas. Además, el climatizador podrá sufrir averías más caras si se estropean los sensores, ya que su reparación será más costosa.