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El cambio de marchas es uno de los engranajes de un vehículo que más sufre los vicios en conducción, sobre todo cuando es manual. No utilizar correctamente el pedal del embrague, dejar la mano apoyada en la palanca de marchas durante los semáforos, hacer trompos... estas actitudes nocivas en conducción pueden salir caras al tener que pagar una avería tan costosa como es la reparación de la caja de cambios.

Sin embargo, es fácil detectar cuándo nuestro cambio de marchas está a punto de sufrir una avería o cuando todo el conjunto del embrague falla. El diagnóstico es distinto en las cajas de cambios manuales en comparación con las automáticas, por lo que en estas líneas nos referiremos solamente a las del primer tipo.

Hay tres grandes síntomas en los cambios de marcha manuales que indican un problema. En el momento en el que se detecte uno de estos síntomas, lo más recomendado es acudir con prontitud a nuestro taller mecánico habitual ya que la avería puede acabar siendo de una gravedad importante.

Estos síntomas suelen estar relacionados con un problema en el sistema del embrague, pero igual hay otras señales que nos pueden dar una pista sobre el desgaste prematuro del cambio de marchas:

Las fugas pueden estar relacionadas con diferentes averías pero el ruido en punto muerto significa que hay un fallo mecánico que necesita de una urgente visita al taller.

Para evitar agravar las averías, lo mejor es cuidar el mecanismo del embrague y nunca conducir con la mano apoyada en la palanca de cambios, pero igualmente hay que cuidarse de no cargar en exceso el coche y de sustituir los aceites cuando sea necesario.