Un coche eléctrico, en carga.

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Pese a que, discretamente, van aumentando sus porcentajes de ventas, la realidad de la automoción española no puede considerarse eléctrica (ni sostenible). La compra de coches eléctricos representa apenas un 1% del mercado del automóvil y es que los españoles no están dispuestos a gastar más en un coche que contamine menos.

Así lo refleja el informe realizado por la página Acierto.com con motivo del Día Internacional por el Medio Ambiente. A los españoles no nos preocupa mucho ser sostenibles y hay que decir que no es solo en temas de movilidad, si no en general.

Dos de cada cinco conductores no se plantean, a día de hoy, invertir más dinero de su bolsillo para adquirir un vehículo que sea menos contaminante. Es decir, el 40% de los conductores españoles comparte este planteamiento. Y es que, según la encuesta, el 92% de los futuros compradores de un coche eléctrico no puede hacer frente al coste de la compra de estos vehículos sin las ayudas del Estado.

Además, pese al mantra de que los coches eléctricos no gastan gasolina y por ello su uso sale más económico, muchos encuestados replican que los gastos indirectos asociados a este tipo de vehículos son más caros que en los coches de combustible tradicional.

Por ejemplo, el precio de la póliza del seguro. Este aspecto también lo confirma Acierto.com: el seguro de los vehículos eléctricos pueden ser, en comparación, un 28% más caro. Y es verdad que el mantenimiento básico de un coche de estas características es, por norma general, más económico. Pero las aseguradoras tasan la póliza sobre el precio de compra y sobre el elevado coste de reparar piezas como la batería.

Otro aspecto que frena a los compradores es la falta de puntos de recarga en los espacios públicos. España está en la cola de Europa en este aspecto con solamente 7.606 puntos de recarga repartidos por todo el territorio.