Imagen panorámica con el coche y Jaime Sitjar. | Teresa Ayuga

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Jaime Sitjar Vicens, un mecánico jubilado, es un apasionado de los coches de la marca Seat y ahora ha encontrado en la restauración una de sus grandes pasiones ya que es un trabajo que puede hacer a ratos y sin necesidad de imponerse un horario fijo, además se encuentra en muy buena forma física y eso ayuda.

Hace unos meses tuvimos la ocasión de ver su Seat 1400-A, una maravilla, y en esta ocasión nos muestra su Seat 600-N de 1960. En concreto, se matriculó el 24 de septiembre de 1960. Auque cueste creerlo, asegura que el coche lo adquirió en pésimas condiciones en junio de 1995, «pero realmente mal», agrega el mecánico, y le llevó casi dos años dejarlo en perfectas condiciones. Una de las principales características de este vehículo es que todas las piezas son originales, salvo el motor que incorpora un modelo de la serie D.
El coche llegó a sus manos a través de un conocido suyo que a su vez lo había comprado en Felanitx cuando estaba abandonado en una finca y sólo quedaba el chasis.

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Jaime se encargó de hacer todo el trabajo de restauración y nos comenta que lo hizo poco a poco sin ninguna prisa que es como realmente hay que hacer estos trabajos para que queden bien. El vehículo lo utiliza todos los fines de semana ya que este tipo de coches, por su mecánica, necesita rodar ya que lo peor que le puede pasar es estar parado. De ahí que suele salir al menos una par de días a la semana y hacerle unos cuantos kilómetros a una velocidad aproximada de unos 80 km/h, cifra ideal para el coche, y que sirve para que todas las piezas puedan ir cumpliendo su cometido.

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En cuanto al coche decir que es un automóvil del segmento A producido por el fabricante español SEAT entre los años 1957 y 1973, primero bajo licencia Fiat. Que decir del 600, un coche que significó un avance importante para la clase trabajadora en nuestro país y que sirvió para que la gente pudiera empezar a recorrer el territorio nacional junto a su familia y empezar a tener esa sensación de libertad que significaba el poder desplazarse, aunque sólo fuera un espejismo.