Joan Riutort es el propietario de este Méhari de 1983 que se hizo tan popular entre los turistas de la Isla en la década de los ochenta | Jaume Morey

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El Méhari es un automóvil de bajo costo descapotable producido por el fabricante francés Citroën entre los años 1968 y 1988, basado en la plataforma y motor de 602 c.c. del Citroën Dyane. Su nombre original, «Mehari», coincide con el de un «dromedario doméstico de tamaño mayor que el normal y gran resistencia y velocidad». El término, de origen árabe, coincide con ligeras diferencias ortográficas en la mayoría de idiomas, y evoca el carácter ágil y austero del pequeño automóvil de Citroën. Se construyeron en total 144.953 unidades de este modelo en Europa y muchos de ellos terminaron en España y sobre todo en zonas turísticas para poder utilizarlo en la época de verano. Mallorca fue un destino ideal para este vehículo, ya que los turistas lo consideraban un coche perfecto para alquilar y recorrer la Isla.

DE S’ARENAL A PETRA

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Uno de estos vehículos acabó en las manos de Joan Riutort, un amante de la marca francesa que tiene además un 2 CV Club. Nos cuenta que el coche lo adquirió de tercera mano a un vecino de Petra, quien a su vez lo había comprado en una casa de coches de alquiler que había en s’Arenal. El vehículo es de 1983 y nuestro interlocutor lo compró en 1994 después de que su vecino lo tuviera un par de años. Nos cuenta que es un coche genial para utilizarlo por el pueblo, tanto que lo emplea como vehículo para desplazarse de un lugar a otro del núcleo urbano y por los alrededores. Lo mismo da que sea invierno o verano, pues aunque es descapotable se le puede colocar el techo y dadas las temperaturas de la Isla se puede conducir todo el año. Nos cuenta que lo de tener vehículos de la marca francesa es algo que viene de lejos. Cuando era más joven tuvo un Citröen 8 en el que aprendieron a conducir su hijo y su nieto.

MECÁNICA SENCILLA

En cuanto al Méhari nos comenta que es un coche con una mecánica muy sencilla y apenas problemas de mantenimiento, pues las piezas en su mayoría son de quita y pon y por tanto no hace falta ser un genio para poder llevar a cabo su mantenimiento. Además es un coche de muy bajo coste y un consumo bastante moderado. Es ideal para pasear e ir de un lado a otro sin ninguna prisa, por eso resultaba estupendo para el alquiler y por eso se hizo tan popular entre los turistas en la década de los ochenta. Ahora ya se ven pocos, pues los hábitos han cambiado y las casas de alquiler se deciden por otro tipo de vehículo. El coche estuvo algunos años en el olvido hasta que en 2016 Citroën comercializó una versión eléctrica con una velocidad máxima de 110 km/h y una autonomía de 200 km, aunque su estética nada tiene que ver con los vehículos fabricados en la primera etapa, ya que su aspecto es más de un deportivo que de un coche para ir a la playa con la sombrilla y todos los bártulos necesarios para pasar un día acampando.