Un rincón de Son Moix nos ha servido como escenario perfecto para este nuevo Seat Ibiza con este color tan original. Se trata de un mini León en toda regla.

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Esta semana nos ha tocado probar el nuevo Seat Ibiza, un vehículo que nos ha sorprendido gratamente, ya que esperábamos que fuera un restyling y ha resultado ser un cambio radical, ya que incorpora la nueva plataforma del grupo Volkswagen, la MQB A0, que hace que el vehículo sea 87 mm más ancho (ahora 1.780 mm), dos milímetros más corto (ahora 4.059 mm) y uno más bajo (1.444 mm) que el Ibiza actual.

Hay que destacar que el Ibiza 2017 estrena la nueva plataforma MQB A0 porque es sobre la que se basarán el nuevo VW Polo 2017 y el nuevo Seat Arona, el pequeño SUV que antes de final de año la marca española presentará a bombo y platillo.

Con estas nuevas medidas, sin que haya aumentado la longitud en absoluto (ha disminuido un centímetro) la habitabilidad ha mejorado notablemente, de igual manera que la capacidad del maletero, que ahora también es mayor. Se trata de un mini León con muchas trazas de dinamismo y de practicidad que superan a la mayoría de vehículos de la competencia, que se tendrán que poner las pilas.

Estéticamente es donde más se nota el parecido con el nuevo León, sobre todo en la parte delantera, que es prácticamente idéntica a la de su ‘hermano’ mayor. La verdad es que el frontal es muy lucido gracias a la iluminación led diurna, que le da un encanto especial.

La parte posterior es donde realmente se nota que es un Ibiza, ya que conserva un cierto aire del primer Ibiza que salió al mercado, aunque es totalmente nuevo.

MOTOR

La unidad que hemos probado contaba con el propulsor 1.0 TSI de tres cilindros con 95 CV, que la verdad es que nos ha causado una muy buena impresión, que ya tuvimos la oportunidad de probarlo en la versión anterior.

Las prestaciones son más que interesantes para un vehículo de esta cilindrada, ya que los 182 Km/h de velocidad máxima y los 10,9 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h permiten efectuar adelantamientos sin problemas.

El motor sube bien de vueltas. Se mueve mejor en revoluciones altas que no en bajas, y como suele suceder en este tipo de propulsores, después le cuesta un poco demasiado recuperarlas al conducir en marchas largas.

Pese a la desconfianza que generan en según qué clientes los motores de tres cilindros, prácticamente todas las marcas están apostando por este tipo de motores ya muy evolucionados cuya fiabilidad se espera que sea máxima. Lo que sí está más que contrastada es la eficiencia, ya que los 4,7 litros de media que anuncia la marca, nosotros los hemos elevado hasta los 5,6.

El comportamiento en carretera es de lo más neutro gracias a una elección de las suspensiones óptima por parte de la marca. Las curvas las traza a la perfección, sin que tienda a subvirar ni a sobrevirar en ningún momento. El interior del nuevo Ibiza denota calidad en general, sobre todo en los materiales utilizados, si bien el tapizado de los asientos es mejorable, y además les falta algo de sujección lateral.

La instrumentación es de fácil lectura, aunque el hecho de marcar con luces el indicador del combustible o el de la temperatura del motor dificulta su visión cuando el sol incide directamente en el marcador.

La consola central está presidida por una pantalla totalmente integrada en el conjunto, la cual es de gran calidad al ser de cristal, cosa que se nota a simple vista. La imagen que reproduce es prácticamente perfecta.

Del puesto de conducción cabe destacar el hecho de que la consola central sea un poco demasiado ancha y que si se tienen las piernas largas moleste un poco, sin que llegue a ser una dificultad.