Un vehículo que sigue dando guerra en su segmento. | Miquel Àngel Llabrés

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El Skoda Yeti es un vehículo todoterreno ya veterano que se puso a la venta por primera vez en el año 2009, y se ha mantenido a la venta hasta hoy con pequeños restylings que han hecho que aguantara con un buen índice de ventas en el mercado. Además de esto, lo que ha permtido que sea un vehículo que guste, es su estética diferenciada respecto al resto de vehículos de este tipo de la competencia, que cuentan con un estilo bastante diferente. De hecho, la mayoría de modelos se han decantado por un estilo mucho más SUV urbano, que no acompaña a la hora de circular por terrenos irregulares. En cambio el Yeti sí que puede meterse en terrenos abruptos sin pasar excesiva dificultades.

ESTÉTICA
Estéticamente, se distingue por una parte frontal más bien clásica, con unos faros bastante cuadrados, que son parecidos a los de las versiones más antiguas de los modelos que se comercializan hoy. Los de la parte posterior, por su parte, son bastante pequeños, lo cual le confiere una imagen más juvenil. De la zona trasera cabe destacar, por encima de todo, el protector de la parte interior del parachoques, que es bastante más real que el de la mayoría de vehículos todoterreno del mercado.

MOTOR
El propulsor es uno de los apartados que nos ha sorprendido para bien. Se trata de un motor de 2.0 litros TDI de 110 CV, que a priori parece ser un hándicap por su elevada cilindrada y comedida potencia, pero detrás de estas cifras esconde un comportamiento con cierto brío y unas prestaciones más que suficientes para un vehículo de estas características. Así, la velocidad máxima del Yeti es de 177 km/h y tarda 11,6 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. Son dos datos que reflecjan el carácter más bien tranquilo del modelo, aunque en la aceleración no se trate de un vehículo que le cueste subir de vueltas y lanzarse. En la recuperación en marchas largas, el motor también responde de forma bastante buena, incluso mejor que otros modelos de mayor potencia.

El consumo de combustible es otro de los apartados en los que el Yeti 2.0 TDI cumple muy bien, porque los 5,1 litros que indica la marca nosotros los hemos elevado sólo hasta los 5,8 litros, lo cual es una cifra más que interesante.

En cuanto al comportamiento, se trata de un vehículo con unas capacidades dinámicas limitadas, aunque en absoluto tiende a balancearse excesivamente en curva. Tampoco cuenta con un comportamiento de vehículo pesado, sino más bien se parece más al de un monovolumen de pequeñas dimensiones, con una buena comodidad para sus ocupantes.

INTERIOR
El interior es donde más se percibe la necesidad de un cambio, ya que prácticamente todos los elementos del conjunto ya denotan la presencia de una tecnología anterior. El cuadro de instrumentos presenta una estética excesivamente clásica con una pantalla en blanco y negro en la parte central sin ninguna gráfica. El resto de indicadores son analógicos, aunque esto no es un problema en absoluto sino que en la mayoría de casos eso es sinónimo de exactitud en la medición de los datos.

La consola central sí que cuenta con una pantalla a color muy práctica, que es la que pone este toque de modernidad que requiere este vehículo, además de permitir ver elementos de la configuración de parámetros del vehículo, pero no excesivos.

En contraposición encontramos un aire acondicionado totalmente manual, que dificulta un poco la climatización del vehículo sin tener que tocar los botones en repetidas ocasiones para encontrar la temperatura ideal en el interior del coche.

El maletero es bastante grande, pero el hecho de ser profundo dificulta la entrada de los objetos de grandes dimensiones.