El motor 1.6 CRDI es uno de los más equilibrados del mercado, con unas prestaciones muy interesantes y con muy poca rumorosidad. | Miquel Àngel Llabrés

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Esta ya es la sexta generación del Hyundai Elantra, un vehículo que se puso a la venta por primera vez allá por el año 1990. Gracias a esta longevidad ya es uno de los modelos compactos más vendidos del mundo, a lo cual ha ayudado una buena relación calidad-precio y al hecho de tener unas buenas cualidades dinámicas y una buena habitabilidad para sus ocupantes. Esta nueva generación no rompe claramente de la anterior (la de 2012), aunque sí que hay notables diferencias ya que ha crecido exteriormente, ha visto mejoradas sus calidades en los interiores y ha incorporado nuevas tecnologías.

La parte delantera se caracteriza por disponer de los típicos faros de origen asiático, alargados, que cuentan con las luces diurnas tipo led en la misma tulipa, lo que le confiere un diseño más moderno.

En la parte frontal también cabe destacar la parrilla central de grandes dimensiones, que contrastan con el diseño minimalista de los faros antiniebla.

Lateralmente tiene un diseño muy aerodinámico, bastante plano, con lo que consigue un cierto toque deportivo.

La parte posterior es quizá la más clásica, con unos faros también bastante alargados, bicolor, que no suponen un elemento innovador por parte de la marca surcoreana.

MOTOR
El propulsor que hemos conducido es el 1.6 CRDI de la marca, que como otras veces que lo hemos probado, nos ha vuelto a parecer un gran motor, con unas prestaciones muy equilibradas, ya que tiene una buena aceleración, con una respuesta inmediata cuando se acciona el acelerador, con una buena recuperación de vueltas y con un consumo de combustible bastante bajo. Hay que destacar que cuando se conduce no parece que estemos a los mandos de un vehículo con motor diesel ya que el ruido del mismo es muy comedido, con lo que se mejora considerablemente la comodidad de los ocupantes. Ya hemos dicho que la respuesta al acelerador es prácticamente inmediata, lo cual se agradece en los adelantamientos, que son más fáciles de realizar.

El consumo, tal y como hemos indicado, es otro de los apartados en los que el propulsor 1.6 CRDI se muestra más económico, con 4,5 litros ofrecidos por la marca, que nosotros los hemos subido hasta los 5’6, que también es una gran cifra.

El comportamiento en carretera es bastante equilibrado, ya que la marca ha apostado claramente porque los ocupantes vayan cómodos en sus viajes por la carretera, aunque eso no quiere decir que en las curvas no se comporte de manera muy noble, que lo hace. Eso sí, con un cierto balanceo que no llega a ser nada molesto.

INTERIOR
En el interior ya hemos dicho que la marca ha trabajado en la actualización y en la mejora de las calidades de los materiales. Pues bien, la ‘reforma’ se ha quedado a medias ya que se podría haber actualizado un poco más el diseño interior y que elementos como la pantalla central fuera de mayores dimensiones y que los elementos cromados fueran menos y de mayor calidad.

El marcador es de fácil lectura y, aunque un poco sobrio, cumple perfectamente su cometido de tener informado en todo momento al conductor de los elementos más importantes para tener bajo control al vehículo.