El exterior sólo se distingue del anterior modelo por los faros con luces led y por unos parachoques delanteros y traseros con un toque más deportivo. | Miquel Àngel Llabrés

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Acaba de ponerse a la venta un restyling de la tercera generación de la clase A, el cual ha recibido pequeños cambios no muy perceptibles a simple vista pero sí cuando lo sitúas al lado de uno de los anteriores. Entre los cambios más importantes que afectan al nuevo vehículo destacan nuevos paragolpes más voluminosos y deportivos, nuevos grupos ópticos, con opción de tecnología LED en el frontal, y nuevos pilotos traseros.

También ha recibido modificaciones en el habitáculo, con un nuevo sistema de infoentretenimiento que integra Mirror Link y Apple Car Play, un renovado cuadro de relojes, nuevos acabados y materiales y nuevos asientos delanteros con banqueta extensible, que lo hace más deportivo y práctico.

La parte delantera presenta una imagen de lo más agresiva gracias a contar con una parrilla con forma de nido de abeja, que le da un aire más deportivo. La parte posterior adopta unos faros con iluminación led que también son muy atractivos a la vista.

MOTOR
Nosotros hemos probado el propulsor del 180d de 1.461 cc y 109 CV de potencia, que es el motor de entrada de los diésel. Cabe decir que las prestaciones del nuevo vehículo son un poco justas por el chasis que tiene, pero su dinamismo es muy bueno, con lo que se compensan las prestaciones.

La unidad que hemos conducido llevaba cambio automático y secuencial, que también redunda positivamente en las prestaciones del vehículo, aunque a priori pudiera parecer lo contrario.

Los 11’3 segundos que tarda para acelerar de 0 a 100 Km/h es quizá la cifra más pobre porque la velocidad máxima es más que suficiente y en la recuperación también se comporta bastante bien sin tener que reducir marchas de forma notable.

El consumo de 4’1 litros de media en un recorrido mixto que indica la marca se nos ha quedado a nosotros en 5’6, que tampoco está mal ya que no hemos tenido muy en cuenta el tipo de conducción. El comportamiento en carretera ya hemos dicho que es uno de los puntos fuertes del modelo, que recordamos que es el único de la gama que cuenta con tracción delantera y se comporta perfectamente en carretera en cualquier circunstancia. El BMW Serie 1, la máxima competencia de este modelo, lleva la tracción posterior y el comportamiento cambia bastante. El paso por curva es muy rápido gracias a un reparto de pesos muy equilibrado y a tener unas suspensiones más bien duras, sin llegar a ser incómodas para los ocupantes. No tiende a subvirar ni a sobrevirar en absoluto.

INTERIOR
El interior ha recibido cambios no aparentes, aunque sí que ayudan a una mayor durabilidad del coche y cuenta con una tecnología más actualizada, que lo pone al nivel de cualquiera.

La pantalla central sigue presidiendo la consola, aunque sigue sin ser táctil, lo que deja su manejo en manos de un pequeño joystick al lado de donde estaría un hipotético freno de mano, que en este caso es eléctrico. Para mi gusto, el manejo sigue siendo poco práctico.

El espacio posterior se ha visto mejorado bastante, con un mayor espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas posteriores, que en la versión anterior era menor y por tanto era más incómodo. El puesto de conducción es mejorable en cuanto al espacio para las piernas, pero no llega a ser incómodo.