El aspecto exterior ha recibido cambios importantes, sobre todo en la parte delantera que lo han convertido en uno de los más atractivos de su segmento. | Miquel Àngel Llabrés

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Con sólo acceder al interior del nuevo Tucson uno se da cuenta de que la marca surcoreana ha dado un salto importante, tanto en la calidad de sus elementos como en la modernización máxima. Curiosamente, el nombre Hyundai significa literalmente modernidad, con lo que desde hace una buena temporada, quizá desde la puesta a la venta del nuevo i30 e i40, fabrica unos productos que no tienen nada que envidiar a sus competidores directos.

Estéticamente, el modelo ha sufrido cambios importantes que lo hacen uno de los vehículos más atractivos de su segmento, en el que se ha planteado una lucha sin cuartel desde hace una buena temporada, y en la que Hyundai presenta sus credenciales, entre las que destaca una muy buena calidad-precio.

La parte delantera se caracteriza por contar con unas luces de nuevo y atractivo estilo, muy en la línea de los diseñadores asiáticos, en las que destaca el hecho de que sean muy finas y alargadas, con una iluminación tipo led en la parte interior de los parachoques, que son por cierto también muy voluminosos. La parte posterior es quizá más discreta y no tan innovadora, pero sí que combina perfectamente con las formas de las luces delanteras.

PROPULSOR
En cuanto al motor, la unidad que hemos probado contaba con el ya clásico 1.7 CRDi de 115 CV, que es un propulsor con una fiabilidad total, pero al que le falta un poco de finura en su funcionamiento y mejores prestaciones. La aceleración es un poco justa, aunque los 13,7 segundos que tarda para ponerse de 0 a 100 Km/h. cumplen su cometido. Está claro que las dimensiones y el peso penalizan las prestaciones y aunque parezca lo contrario es un vehículo ágil en la carretera.

El consumo que apunta la marca, de 4’6 litros en un recorrido mixto, es bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que hemos señalado anteriormente, aunque nosotros hemos conseguido cerca de 6’2, sin tener excesivo cuidado, que es una cifra que no está mal.

El comportamiento en carretera es bueno, ya que el Tucson dispone de unas suspensiones muy equilibradas, que absorben perfectamente las irregularidades del terreno y que le permiten trazar las curvas sin ninguna tendencia a subvirar.

INTERIOR
Del interior hay que destacar muchas cosas, aunque sobre todo, como hemos indicado al principio del texto, el hecho de la modernización absoluta de todos los aspectos. Los marcadores tienen una configuración muy lógica, con unos indicadores de fácil lectura. De esta parte también cabe destacar la información digital que aparece en una pantalla situada en la parte central de los marcadores, en la que los datos aparecen en colores diferentes, que favorece la fácil lectura.
En la parte central de la consola se encuentra la pantalla táctil, de dimensiones considerables, en la que se pueden manejar toda una serie de ajustes que ayudan a la mejora del ambiente interior del vehículo.

La habitabilidad interior es destacable, ya que tres adultos pueden ocupar las plazas posteriores sin ningún tipo de estrecheces. El conductor va cómodamente sentado aunque podría tener un poco más de espacio para las piernas lateralmente. Los asientos, por su parte, son un poco demasiado duros, aunque se pueden hacer kilómetros sin llegar a estar incómodos.

El maletero, por su parte tiene casi 500 litros de capacidad y es de fácil acceso, lo que facilita de forma clara la carga.