Danilo Salvador es un chileno afincado en Mallorca que siente debilidad por estos coches. | Joan Torres

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Danilo Salvador se describe como un gran enamorado de los Porsche y no paró hasta conseguir este precioso 911-T 2.4 de 1972. Nos comenta que lo tiene desde hace ocho años y lo importó desde Suecia, donde dice que se encuentran buenas gangas de este tipo de vehículos ya que por la climatología del país suelen tener muy pocos kilómetros ya que apenas los utilizan durante algunos meses, cuando hace mejor tiempo. Se lo compró a un amigo sueco y hace dos años lo sometió a una completa remodelación desmontándolo pieza por pieza y volviéndolo a montar, por lo que en la actualidad se encuentra en un excelente estado.

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Se trata de un modelo europeo que también se exportó a Estados Unidos, y una de su particularidades es que se trata de un modelo que lleva caja de aceite con abertura lateral; una decisión que apenas duró un año ya que no era práctico y en muchas estaciones de servicio de servicio se confundía y terminaban echándole gasolina, por lo que la marca terminó por eliminar esta novedad. La curiosidad de este modelo es que inicialmente se proyectó como Tipo 901 y cuyas formas básicas han perdurado a lo largo de estos 50 años, pero fue meses después, a punto de lanzarse comercialmente el modelo, cuando la marca francesa Peugeot interpuso una demanda por la denominación 901 del modelo alemán, alegando que todos los nombres de tres cifras con un ‘cero’ en medio habían sido registrados por ellos. De tal forma que en el último momento hubo de cambiarse por la que ha perdurado hasta nuestros días: la mítica 911.

La firma de Stuttgart siempre ha dado muestras de un notable inconformismo, sacando constantes mejoras en sus diferentes modelos para que los conductores pudieran beneficiarse de ellos y ‘pariendo’ nuevas versiones que mejoraban siempre a las anteriores. En cuanto a este modelo, su propietario nos comenta que no es un coche que se pueda utilizar a diario y por ello sólo lo utiliza los fines de semana para salir de excursión con un grupo de amigos y con los asociados del club del Porsche que existe en nuestra Isla y que tiene un buen número se socios.