La marca alemana ha fabricado un vehículo de lujo que puede transportar carga en lugar de una furgoneta que puede llevar personas. | Miquel Àngel Llabrés

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Mercedes ha apostado fuerte por la nueva clase V, un vehículo que se distingue por su gran confort interior, donde sus ocupantes pueden viajar como si estuvieran en primera clase, o incluso mejor. Hasta ahora, en Europa, sus vehículos comerciales (o derivados de estos) no estaban denominados por letras, sino por palabras: Vito y Viano eran dos de sus denominaciones. El Mercedes-Benz Viano desaparece y el modelo que lo reemplaza es esta clase V. Este vehículo está disponible en tres carrocerías diferentes: la compacta, de 4’89 metros; la larga, de 5’14 metros (que es la que hemos probado nosotros), y la extralarga, de 5’37 metros.

Otro apartado importante configurable es el de los asientos, ya que de serie va equipado con seis asientos individuales en tres filas de asientos. Opcionalmente se puede elegir con siete u ocho plazas. Para conseguir siete plazas hay que reemplazar dos asientos individuales por una banqueta corrida de tres plazas, como es el caso de ésta. Para las ocho plazas hay que poner dos filas de banquetas corridas

ESTÉTICA
Estéticamente, este vehículo cuenta con una parte delantera diseñada muy al estilo alemán, con unos faros de generosas dimensiones, que vienen muy marcados por la iluminación LED (nocturna y diurna). Además, dispone de una parrilla cromada con un gran escudo en la parte central. La parte posterior quizá es más discreta gracias al hecho de disponer de unos faros verticales bastante reducidos, que disponen también de iluminación LED.

MOTOR
El propulsor que lleva el modelo que hemos probado es el más potente de la gama, compartido con la nueva serie C. La cilindrada del motor es de 2.143 cc y la potencia máxima es de 190 CV a 3.800 rpm. Una cosa a destacar es el par máximo, de 440 Nm, cifra que consigue entre las 1.400 y las 2.400 rpm.

Cabe decir que el propulsor ha sido una de las grandes sorpresas positivas del clase V, ya que las prestaciones son impresionantes. El cambio automático con las levas en el volante ayuda bastante, pero sobre todo el hecho de poder elegir el tipo de conducción entre cuatro posibilidades, la E, C, S o M.

Tanto en la M (manual) como en la S (Sport) las prestaciones que se consiguen son muy buenas (mejores que las de muchas berlinas de potencia parecida). Así, los 9’1 segundos que tarda para ponerse de 0 a 100 y la muy buena recuperación llaman poderosamente la atención en positivo.

El comportamiento en carretera es bastante bueno gracias al tren de rodaje adaptativo Agility Control de que dispone, aunque hay cierta tendencia a subvirar (muy mitigada), que es inherente a los vehículos de estas dimensiones y peso.
Quizá unos frenos más potentes sí que se echan de menos en un vehículo automático de sus características, ya que a veces se quedan un poco demasiado justos, sin temer por la seguridad.

INTERIOR
El interior es realmente impresionante, se mire por donde se mire. La calidad de los acabados es inmejorable, con ausencia total de plásticos innecesarios (sólo los justos). El acabado Avantgarde (el de esta versión) cuenta con asientos de cuero. El equipamiento de serie también es impresionante con todos los elementos necesarios para poder viajar de forma cómoda, sin temor a recorrer todos los kilómetros que sean necesarios.