Francisco Javier Vidal, junto a su nieto Alejandro Fernández con su Rolls-Royce.

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Rolls-Royce es sinónimo de lujo. Este modelo 25/30 lo adquirió Francisco Javier Vidal hace veinte años después de realizar varios viajes a Inglaterra en busca de un coche de estas características, ya que era su mayor ilusión. Javier, de profesión fotógrafo, nos comenta que le apasiona coleccionar vehículos antiguos y también motos. La marca inglesa fabricó este modelo entre 1936 y 1938 y es una versión actualizada y mejorada del 20/25 con un motor más grande para proporcionar más potencia, ya que ésta era la queja habitual de los propietarios, pues no hay que olvidar el peso de su enorme carrocería. Este modelo, en concreto, fue fabricado en 1938, último año de producción.

Dispone de un motor de 6 cilindros en línea, con válvulas superiores similar al utilizado en el modelo anterior 20/25, pero aumentado en capacidad hasta conseguir los 4.800 cc. El peso total del vehículo es de 2.500 kilos y puede alcanzar una velocidad de 145 km/h. Una cosa curiosa de estos vehículos es que la carrocería no estaba fabricada por Rolls-Royce, sino por un carrocero elegido por el propietario; la marca inglesa sólo aportaba el chasis y las partes mecánicas. Javier asegura que, aunque no es un coche para utilizar a diario, siempre que puede aprovecha para salir a dar una vuelta con su mujer, otra gran aficionada a los clásicos.